Cultura compra para el Museo de Burgos 4 tablas de Oña del XV

I.L.H. / Burgos
-

Obra de Juan Sánchez, salieron del antiguo retablo del monasterio y reflejan la pintura tardogótica. «Recuperar el patrimonio perdido es una gran noticia»

'Los doctores de la fe'.

La última obra relevante que el Ministerio de Cultura añadió a los fondos del Museo de Burgos fue la Magdalena, de Mateo Cerezo, que compró en 2009. Más de quince años después, entran en la pinacoteca de la calle Miranda cuatro tablas del siglo XV que pertenecieron al monasterio de San Salvador de Oña, adquiridas por 57.000 euros y que son interesantes y valiosas por varios motivos. 

Los doctores de la fe, como se denomina el lote pintado hacia 1460-65, fue creado para el primitivo retablo mayor del templo oniense. Cuando se desmontó en el siglo XVIII, las imágenes se desperdigaron y las tablas fueron a parar primero a la iglesia de Campo, localidad del municipio de Villarcayo, y después a un particular. De sus últimas manos se ha rescatado cuando se pidió permiso para su exportación y venta en Francia. La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español denegó el permiso por su valor patrimonial, tanto por la obra como por el  pintor.

Las tablas fueron pintados por Juan Sánchez, un destacado artista en la transición del gótico internacional al hispanoflamenco, con obra también en Presencio y en el Museo del Prado. «Refleja la pintura tardogótica, de la que no hay muchas referencias. Se conoce mucho y hay obra de los pintores de las últimas dos décadas del siglo XV, ya con gran influencia flamenca, pero aquí todavía no ha entrado de lleno y es importante por eso», resume Luis Araus, director del Museo de Burgos. 

Las tablas reflejan a los apóstoles Santiago y Andrés y a los profetas Isaías y Baruc. De 60x180 centímetros, son figuras de envergadura pintadas para un retablo que debió de ser también espectacular. Con fondo dorado, tienen un marco que es parte original y parte añadido, de tracería gótica dorada y que formaba parte de la estructura del retablo original.

Las figuras aparecen sentadas, algo habitual en el tardogótico, «especialmente los profetas, evangelistas o apóstoles situados en la parte baja de los retablos». 

Su regreso a Burgos supone su incorporación a la muestra permanente, una vez que se restauren. «Lo más importante es que se recupera un patrimonio perdido, unas piezas dispersas y fuera de su contexto que se añaden al Museo de Burgos, que recoge la obra de la provincia, y tiene otras piezas significativas del monasterio de Oña que llegaron por la desamortización», resume Araus refiriéndose a 8 sargas con escenas de La Pasión, de Fray Alonso de Zamora. «Es una buenísima noticia -continúa-, tanto por la recuperación del patrimonio como para el Museo, que completa la colección y el discurso».