La Seguridad Social contabilizó en julio 154.021 trabajadores a lo largo y ancho de la provincia de Burgos. A todos ellos les ampara a nivel laboral un convenio, bien sea sectorial o empresarial, que determina sus derechos en el puesto de empleo. Pues bien, de todos ellos más de 40.320 según los datos que manejan en el seno de CCOO, es decir, uno de cada cuatro, tiene pendiente la renovación de esas condiciones. El número, a todas luces elevado, responde a las complicadas negociaciones que han mantenido desde el inicio del año la patronal o las compañías con los sindicatos. 

Cuestiones como la alta inflación, las cautelosas previsiones a corto plazo de la economía, las subidas de tipos o el encarecimiento de las materias primeras o de determinados productos han terminado por bloquear las reuniones entre ambas partes. El convenio más importante de todos los que hay encima de la mesa, y que está considerado de referencia para otros muchos tanto a nivel provincial como a nivel regional, es el del metal. Son unos 16.000 los burgaleses los que rigen sus condiciones de trabajo por este documento, cuya actualización lleva paralizada desde julio. Tras numerosas reuniones, CCOO y UGT acordaron romper las negociaciones ante la «sinrazón» de Femebur a acordar algunas de las premisas que los sindicatos pusieron sobre la mesa.

«Es un colectivo muy grande el que tiene pendiente la renovación de su convenio. Estamos inquietos», reconoce el secretario provincial de CCOO. Juan Núñez apunta que «todos los escenarios están abiertos» y no descartan «ninguna» vía para lograr mejorar las condiciones de los trabajadores, bien sea a través de la mesa o de las movilizaciones o huelgas pertinentes.

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