Es una de las primeras preguntas que asaltan al visitante novato en el Hospital Universitario de Burgos. «¿Cómo van a calentar esto?». El clima local regala todos los años unos cuantos meses de invierno y los miles de metros cuadrados de cristaleras parecen demasiado vulnerables. «¿Cuánto gastará en electricidad semejantes espacios?». Hay que iluminar cientos de estancias y cada vez anochece más pronto...
El edificio más grande de la provincia, y probablemente de la región si exceptuamos alguna gran factoría industrial, exige un tremendo consumo energético motivado no solo por el uso de ordenadores, pantallas o fluorescentes en pasillos y despachos, sino sobre todo por el empleo de equipamiento sanitario que lo multiplica. Y dada su dimensión, sus responsables han emprendido un estudio en profundidad para intentar rebajar la factura.
La empresa Eficanza, de la mano de la Junta de Castilla yLeón y en el seno de la Oficina de Seguimiento de la Concesión, donde trabajan las dos partes implicadas en la gestión hospitalaria, ha emprendido un estudio que primero trató de establecer los consumos teóricos del complejo, luego el resultado real y posteriormente medidas de control. Estas últimas llegarán ya el próximo año, pero en los dos primeros casos ya existen datos para empezar a trabajar.
El proyecto del edificio, que inicialmente era más pequeño y con otra configuración, ya había establecido una curva de demanda energética teórica hace unos años, pero en 2012 hubo que actualizarlo a la vista de la realidad física definitiva. Con ella en la mano, una firma especializada contratada por Eficanza concluyó que el HUBU necesitará en torno a 25,5 gigavatios hora (GWh) anuales. Nada menos que 25 millones y medio de kilovatios hora (kWh).
Si tenemos en cuenta que el consumo de un hogar medio, dependiendo de las fuentes consultadas, ronda entre los 3.500 y los 5.400 kilovatios hora, el resultado es que la demanda energética del Hospital Universitario equivale a la de entre 5.000 y 7.000 hogares. Y nuevamente dependiendo de los miembros que se supone componen una familia media (3 o 4) hablaríamos de una población entre 15.000 y 21.000 personas. Algo así como una novena parte de la ciudad.
La concesionaria habla siempre de consumo de energía y no del gasto, porque explica que al ser un gran cliente mantiene contratos directos con los suministradores de electricidad o gas natural, y se resiste a desvelar las tarifas que ha negociado directamente con ellas.
Tampoco es fácil la comparación con el Hospital General Yagüe que a cualquiera le viene a la mente al pensar en la gigantesca demanda que ha generado el HUBU: hay que tener en cuenta que el nuevo hospital contiene también las consultas que antes estaban en el Centro de Especialidades, las del Hospital Militar y buena parte de la hospitalización y las especialidades que antes se alojaban en el Divino Valles (ahora infrautilizado).
El volumen de consumo es también enorme en el caso de la energía térmica. Para calentar las instalaciones se necesitan (según la demanda teórica apuntada el año pasado, cuando el hospital todavía no estaba a pleno rendimiento) 36,6 millones de kilovatios hora anuales, nuevamente el equivalente a unas 7.100 familias que consumieran 5.050 kWh de calefacción.
Y la factura no queda ahí. Hay que tener en cuenta que durante unos meses al año, y en determinadas estancias de forma permanente, hay que enfriar el inmueble. La energía frigorífica se debería llevar 17 gigavatios hora anuales, así que en total el consumo del ‘mastodonte’ sanitario se lleva 79 gigavatios anuales.
Van cumpliendo la teoría
Todos estos datos se refieren a los cálculos apriorísticos, y con el paso del tiempo Eficanza se está empleando en comprobar si efectivamente la teoría se cumple. Y así es. Según datos facilitados por la dirección de Infraestructuras de la concesionaria del hospital burgalés, en el periodo comprendido entre enero y septiembre ha empleado 15,3 GWh de electricidad, por lo que sumando el último trimestre se quedará en el entorno de los 20, por debajo de los 25 esperados.
En el caso del consumo térmico, en los nueve primeros meses del año se han empleado 27,4 gigavatios hora, por lo que la cifra final podría llegar hasta 38. Y en cuanto a la energía frigorífica el HUBU ha ‘quemado’ 6,6 y previsiblemente se quedará por debajo de los 10.
Por tanto, solo en el caso de la calefacción se espera superar el cálculo teórico elaborado en el momento de arranque del complejo, y ahí será precisamente donde más deba incidir el programa de ahorro que entrará en vigor a partir de 2014.