En sus notas lo llamó «partitura de ballet» porque al escuchar la obra Die Welt bringt alles hervor (Todo lo cría la tierra) el espectador sentirá que la música se mueve, que las voces de un coro están cantando alrededor. Pero no hay coros, a pesar de que la voz humana es el material de base. La pieza de Alejandro Yagüe (1947-2017) es puramente electrónica, creada a partir del control de voltaje de un sintetizador.
«No es una obra fácil de explicar, y eso que marcó un hito. Es una música completamente diferente a lo que de él se conoce», repasa Eva Peláez, pareja del músico y presidenta de la Asociación Alejandro Yagüe, que ha trabajado mano a mano con el musicólogo Ángel Arranz, antiguo alumno del compositor, para rescatar la pieza creada durante sus años de estudiante en Alemania. La obra únicamente se escuchó en el concierto de fin de curso en 1982. Desde entonces -y hasta hace seis años- estuvo en su archivo sin estudiar ni mucho menos digitalizar, aunque Arranz intuía su calidad por las referencias del profesor Hans Ulrich Humperty, las reseñas que aparecieron en la prensa y los comentarios del propio compositor.«Siempre decía que era la obra maestra que había compuesto. Que estaba por encima de todas las demás», recuerda Peláez.
Lo que hace Yagüe con la canción de siega Todo lo cría la tierra, recopilada en el Cancionero de Olmeda y a la que Antonio José hizo un arreglo para coro, es algo completamente innovador y vanguardista para la época, haciendo que el espacio físico juegue un papel determinante. Para empezar, está pensada para que el público se coloque en forma de círculo, alrededor de los cuatro canales por los que sale la música. Desde ahí el sonido «baila» de manera coreográfica en torno al espectador mientras una sucesión de luces de cuatro colores acompañan al ballet, consiguiendo así una inmersión completa.
La obra de 20 minutos gira sobre los cuatro versos de la canción de siega: Todo lo cría la tierra, / Todo se lo come el sol, / Todo lo puede el dinero, / Todo lo vence el amor. A cada verso le asigna un color y un tipo de sonido: azul y aguado o «acuoso»; amarillo y filtrado como el viento;rojo y grave, y verde y del registro femenino.
Para acompañar este estreno en España, la Asociación Alejandro Yagüe ha organizado junto a la Fundación Círculo -en colaboración con el Ayuntamiento y el Cabildo- un concierto en la Catedral que estará arropado por seis coros vinculadas al compositor. Hacia las estrellas, como se ha bautizado el concierto, incluye seis piezas corales de Yagüe interpretadas por Coral de Cámara San Esteban, Orfeón Burgalés, Schola Cantorum, Coro Interludio, Coro Universidad de Burgos y Coral de Cámara Vadillos. Entre ellas está O luz de Dios, compuesta en 1976 para coro mixto a cuatro voces, y que es un estreno absoluto. El acontecimiento será en el trascoro, a las 20:30 horas, y con entrada libre hasta completar aforo. El día antes, el miércoles 27, Ángel Arranz dará una charla a las 20 horas, en el salón de actos de la Fundación Círculo, para explicar la pieza electrónica.