La jornada del jueves estaba marcada en rojo. Y eso que pasan los años y las novatadas cada vez son más anecdóticas. Se hacen pocas y en lugares privados o alejados del foco policial. Aun así, el dispositivo desplegado por el cuerpo municipal contra los ritos iniciáticos y el botellón dio sus frutos. Las patrullas se incautaron de decenas de litros de alcohol encontrados en la vía publica, pero también de material destinado a hacer bromas a quienes empiezan la etapa universitaria. También se levantaron actas de denuncia por la ingesta de bebidas en la calle.
El operativo fue uno de los más tranquilos que se recuerdan, según destacaron fuentes de la Policía Local. No encontraron grandes aglomeraciones de chavales en zonas cercanas al campus de San Amaro, ni en el centro histórico. Ni siquiera en el Castillo. Sólo hallaron a un grupo de jóvenes en el entorno de Fuentes Blancas que huyeron en cuanto percibieron la presencia de los agentes. No dudaron en dejar atrás tres kilos de harina, seis docenas de huevos y una sepia. A saber qué clase de broma pesada estarían preparando con semejante alimento.
Pero lo que más intervinieron las patrullas del cuerpo municipal el pasado jueves fue alcohol. Decenas de litros tanto de bebidas de graduación como gaseosas para la mezcla quedaron requisadas. Muchas de ellas tras abandonarlas los chavales a la carrera. Otras tras sorprenderles in fraganti y llevarse la correspondiente sanción administrativa.
Hasta en multas la jornada fue mucho más tranquila que la de años anteriores. Si en 2023 los agentes de la Policía Local tramitaron casi un centenar de denuncias por ingesta de alcohol en la vía pública, el jueves apenas notificaron tres. Otras dos fueron contra establecimientos que sirvieron bebidas a menores de edad.
Como en ocasiones anteriores durante estas fechas, el cuerpo municipal puso en marcha un operativo especial contra las novatadas y el botellón durante toda la semana. Un dispositivo en el que se reforzaron las patrullas a pie de calle, pero también se dio el aviso a la unidad de drones por si fuera necesario buscar grupos de chicos en zonas más escondidas. Además, estuvieron presentes los perros detectores de sustancias prohibidas.
Un plan en el que los agentes se coordinaron con los de la Nacional tras la reunión mantenida el pasado lunes en el Rectorado de la Universidad de Burgos. Una institución que desde hace unos años prohibe las novatadas e incluso dispone de un sistema de sanciones propio. En 2022 modificó el reglamento para recoger castigos que van desde la apertura de un expediente disciplinario hasta la expulsión.
Pero más allá de estas prácticas abusivas y que están penadas incluso judicialmente, estos operativos también están dirigidos a perseguir el botellón en la ciudad, el cual también tiene cada vez menos incidencia. Septiembre es el mes propicio para que los chavales se echen a la calle para celebrar el inicio del curso. Sobre todo si hace bueno. Las laderas del Castillo siguen siendo el lugar fetiche para el botellón. Un entorno que entraña dificultades para el rastreo policial, pero también ciertos peligros. Por un lado, para los propios grupos de jóvenes que acuden allí de noche y escondidos entre los árboles. También para el entorno, pues no han sido pocos los incendios declarados en los últimos tiempos.