Piden no bañarse en el Arlanzón al ver peces muertos

P.C.P. / Pampliega
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El hallazgo entre Celada del Camino y Pampliega de cadáveres de barbos, carpas, bogas y cangrejos comenzó la madrugada del jueves y fue denunciado al Seprona. Coincide con un descenso total de oxígeno y un aumento anormal de amonio

El Arlanzón en Pampliega es muy visitado por los vecinos y también por visitantes de otros pueblos y de Burgos por los remansos, el césped y el chiringuito. - Foto: Miguel Ángel Portilla

Pampliega se despertó ayer «conmocionada». Decenas de cadáveres de peces y algunos cangrejos flotaban en las orillas y en las zonas de agua estancada del río Arlanzón, su río. El Ayuntamiento comunicó de inmediato lo sucedido al Seprona de la Guardia Civil, que ha abierto una investigación ante un posible vertido aguas arriba, porque también en Celada del Camino han aparecido ejemplares muertos, y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha registrado cantidades anormalmente altas de amonio, así como la ausencia total de oxígeno disuelto en el agua en momentos puntuales entre el 13 y el 14 de agosto. 

Pasada la medianoche ya se detectaron los primeros síntomas de que algo no iba bien en el agua. Joseba, un bilbaíno que veranea en Pampliega, salió a pasear con el perro sobre la 1 de la madrugada y vio «como una especie de espuma» que cubría el agua muy poco habitual. Al amanecer se confirmaron los malos presagios. Desde el puente, sin necesidad de bajar a la orilla, se contaban por decenas los corros de peces sin vida. Barbos sobre todo, pero también algunas carpas y bogas, enumera un profesional de la pesca, que subraya también el tamaño de algunos. «Los hay hasta de 4 kilos», subraya, mientras en el pueblo se preguntan cuándo va a aparecer la Guardia Civil y el personal de la CHD a retirarlos.

Las mayores concentraciones se detectaron en las zonas con agua estancada, por ejemplo en la ribera contraria al chiringuito y en el molino cercano, donde quedaron  atascados. Mientras tañían las campanas a mediodía y por el puente desfilaba toda Pampliega y comenzaban a llegar los curiosos, atraídos por las fotos que les llegaban de conocidos, los patos cruzaban de un lado a otro del río, inmunes al posible vertido. «Tan mal no estará el agua, si los patos siguen vivos», comentaban, mientras un par de niños miraban contrariados al agua. «Ya no vamos  a poder coger cangrejos», le decía uno a otro.

Por precaución, el Ayuntamiento se apresuró a colocar unos carteles en los que recomiendan no bañarse hasta nuevo aviso. «No podemos prohibirlo», apunta el teniente de alcalde, Pedro Miguel, muy preocupado como todos sus convecinos por lo que ha podido ocurrir. «Para Pampliega el río es vida, es fundamental, lo más grande que tenemos.Y entre todos los cuidamos y lo respetamos», explica mientras señala a un par de montones de ramas y troncos, apilados junto a la entrada de la zona de baño, que proceden de una limpieza realizada por voluntarios.

En las gráficas de una estación de control de la CHD cercana a las que han accedido se ve dibujado claramente un descenso total del oxígeno disuelto, que coincide con  el aumento inusual de amonio, que  podría ser un indicio de contaminación industrial o agrícola de las aguas del Arlanzón, aunque desconocen qué ha podido originarla y dónde se encuentra el foco.

(Más información y fotografías, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos)