Bar, farmacia y centro cívico: todo en uno en Mecerreyes

H.J.
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Pese al gran ambiente del que presume los fines de semana y durante el verano, el envejecimiento galopante ha provocado que este pueblo situado en pleno Camino del Cid haya perdido más de un tercio de sus empadronados

Ana Blanco, en el bar La Villa, único establecimiento abierto a diario en la localidad - Foto: Luis López Araico

Ana y Beatriz son las únicas jóvenes que residen todo el año en Mecerreyes. Las hermanas Blanco se han quedado como últimas representantes de su generación en un pueblo que presume de tener un gran ambiente los fines de semana y durante el verano, pero que lidera un triste ránking.

Mecerreyes, en pleno Camino del Cid y a un paso de Covarrubias, es la localidad de más de 100 habitantes que más porcentaje de población ha perdido a lo largo de la última década en la provincia de Burgos. En concreto, ha visto borrarse del padrón a más de un tercio al pasar de los 304 empadronados que tenía en 2010 a los 193 que el Instituto Nacional de Estadística le adjudicaba el 1 de enero del año 2020.

El galopante envejecimiento de su población, con una media que ronda los 80 años, es la razón de fondo. "Los vecinos se van muriendo y los jóvenes ya se fueron a Burgos, a Madrid o al País Vasco", lamentan los que quedan.

Buena parte de ellos se dan cita en algún momento del día en el Bar La Villa, donde María e Ignacio, los padres de Ana y Beatriz, comentan que el establecimiento ejerce un poco de todo: es despacho de pan, colaboran en el reparto de medicinas, funciona casi como centro cívico y cuando llegan los niños en los periodos festivos se acaba convirtiendo en una suerte de guardería.

Muchos de los hijos del pueblo, regresan de vez en cuando y han acondicionado las casas, pero no pensando en el invierno, "que aquí son muy duros", explica Ignacio.

Este verano la terraza de La Villa "tenía más gente que muchas de la capital", presumen sus encargados. No fue suficiente para reabrir el mesón de enfrente, que lleva cerrado desde marzo, pero al menos le dio una vida efímera al pueblo.