Velando armas

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Una veintena de burgaleses toma parte este fin de semana en la mayor recreación histórica de Europa: la que se celebra en la bellísima ciudad italiana de Palmanova, cerca de Venecia

De izquierda a derecha, Bebel, Ana, María José, Pedro, Israel, Bebel y Santiago, el páter que bendice a los que entrarán en batalla. - Foto: Roger Roque

Pedro es el entusiasmo personificado. Con su traje de capitán y su bigote inmaculado parece el mismísimo Alatriste que inventara Pérez-Reverte. Se toca el sombrero, blande la espada. Siente tanto el personaje que representa que parece salido de un libro de historia o de una obra de Lope de Vega o de un soneto de Quevedo. Le falta exclamar '¡pardiez!' o '¡voto a Dios!'. Está, igual que otra veintena de compañeros, velando armas para una cita especial: la que este fin de semana reúne en la preciosa ciudad veneciana de Palmanova (conocida como la ciudad más perfecta del mundo por la singularidad de su estilo de construcción, con planta en forma de estrella de nueve puntas, es Patrimonio de la Humanidad) a miles de recreadores históricos de toda Europa, que darán vida al episodio histórico del enfrentamiento que entre  Venecia y Austria se produjo en el año 1615.

«Es la recreación más multitudinaria de Europa», explican los integrantes de la Asociación Cultural de Amigos del Museo Militar de Burgos, partícipes casi fijos en la mayoría de los eventos de estas características que se celebran en el Viejo Continente. «Nos encanta sentirnos parte de la historia. Lo vivimos con ilusión. Y además, esta cita es especial porque es un sitio mágico, una ciudad perfecta».

Estos entusiastas, que se costean el viaje de su bolsillo (a diferencia de otros grupos de recreadores, que reciben ayudas o subvenciones), disfrutan de lo lindo. «Es impresionante la cantidad de idiomas que se pueden escuchar: italiano, español, alemán, austriaco, francés, polaco... Nos reunimos gentes de toda Europa. Y la convivencia es muy buena. Nos metemos todos en el papel. La gozamos», indican.
Palmanova viaja en el tiempo y se viste con trajes de la época acogiendo desfiles por las calles de la ciudad, celebrándose duelos de capa y espada frenéticos duelos y bailes multitudinarios. Los espectáculos más esperados, y que despiertan más atención, son las representaciones de dos formidables batallas que se celebran en campo abierto a las afueras de la ciudad. No faltan cañones, mosquetes ni espadas. «Es una recreación impresionante. No hay otra más grande en toda Europa», sostienen. Estos recreadores burgaleses son, además, verdaderos artesanos: ellos mismos se confeccionan sus trajes, los estandartes y banderas. Todo. «Somos el I+D de los recreadores», apostilla Pedro.

La Asociación Cultural de Amigos del Museo Militar de Burgos conciben la 'Recreación histórica' en un amplio concepto, diferenciándola de las fiestas históricas, que son las que más proliferan. Recrear la historia, subrayan, implica una investigación previa, conocer el acontecimiento o hecho histórico, el escenario, los personajes, la indumentaria, la vida cotidiana... Cada uno de los participantes procura vestirse y comportarse acorde con el periodo que representa, y todo el conjunto genera escenas que deberían convertirse en verdaderas lecciones de historia. El objetivo principal es que el espectador pueda trasladarse en el tiempo y conocer cómo se vivía en el pasado y por qué no, si lo desea, sumergirse en él. 

La ciudad perfecta. Palmanova, ubicada en la región de Friul-Venecia, es una ciudad fortificada al estilo 'traza italiana', que es un estilo de fortificación que proliferó en Italia entre finales del siglo XV y principios del XVI para defenderse de la artillería. Vista desde lo alto, forma una estrella. Fue fundada el 7 de octubre de 1593 por la República de Venecia; 'La Serenissima' pretendió con ello que Palmanova actuara como una barrera para las invasiones de los turcos y de cualquiera que quiera atacar al cristianismo. Durante dos siglos estuvo bajo el dominio de Venecia, hasta que fue ocupada por las tropas napoleónicas. La fiel reconstrucción de ropas y equipaciones, el imponente campamento de las milicias, el mercado histórico con los antiguos artesanos y la puesta en escena de las batallas con cargas de caballería permiten viajar a la bellísima ciudad italiana 400 años atrás en el tiempo.