Un anuncio de búsqueda de personal de producción lanzado por M&C Bakery de Briviesca (de la compañía italiana Morato Pane) hizo pensar a más de un empleado que la situación de la planta actualmente «es buena». Y estos no se equivocaban. Según fuentes del comité de empresa, procurarán ampliar la plantilla porque se «prevé una mayor carga de trabajo», además que, en «poco más de un año» también pretenden poner en marcha una «nueva línea de cruasán», añaden. Estas y otras inversiones previstas para este y el próximo año quedan al margen de la negociación del convenio, la cual continúa estancada tras 14 meses de reuniones.
Los representantes sindicales han presentado en varias ocasiones a la compañía sus respectivas plataformas de convenio de cara a los tres próximos años y son conscientes de que el camino será largo porque hay un «nuevo director general y esta semana nos han presentado al de recursos humanos. Están reconstruyendo toda la cúpula empresarial en España y es como que hubiéramos empezado de cero con la negociación», comenta uno de ellos.
En una de las reuniones mantenidas entre la sociedad y el comité la semana pasada, esta trasladó la aceptación de nuevas inversiones valoradas en «9,5 millones de euros». Para automatizar los finales de líneas de pan de leche, pastel I y rosquillas; automatizar batidos en las líneas de rosquillas y soletilla, acondicionar y mejorar el empaquetado de sobaos III, instalar una nueva línea de cruasán que «supuestamente estará en marcha en poco más de un año», y la sustitución de las cubiertas de las naves -en las que está prevista la instalación de placas solares- la empresa proyecta destinar este año 3,2 millones y 6,3 al siguiente. El cambio de las cubiertas se realizará «una vez que acaben las gestiones de una subvención con la Junta».
La propuesta de M&C Bakery sobre una subida salarial «insuficiente» para alguno de los grupos sindicales es uno de los temas que más complica la negociación. Ofrece un «incremento del 4,6% para el 2023 y un 3% para 2024», una cifra bastante alejada de las propuestas presentadas, las cuales prefieren no exponer.
Respecto al cuarto turno, ya implementado, pero es voluntario, la empresa «rechaza el establecido» y propone otro con el que los empleados «no están de acuerdo porque ofrece peores condiciones». Aquellos que lo trabajan «disfrutan de las vacaciones como el resto» pero la compañía plantea «dar una semana al año porque considera que el resto de días quedan absorbidos por las jornadas de libranza: los domingos y una semana completa cada tres», informan desde uno de los sindicatos. Asimismo, aclaran que se habla de una «posible rotación del quinto turno porque «no tiene capacidad suficiente con seis días a la semana de fabricación, por lo que quieren producir en una de las líneas los siete días de la semana», añade.
14 meses de conversaciones. El convenio caducó el 31 de diciembre de 2022 y a pesar de las más de diez reuniones mantenidas entre la empresa y los representantes de los trabajadores, todavía no se ha alcanzado un acuerdo. El siguiente encuentro se ha fijado para el 8 de marzo y en él esperan acercar posturas, a pesar de que todavía quedan demasiados puntos que negociar. La compañía se ha comprometido a presentar entonces una «nueva propuesta de subida salarial».