Son cerca de treinta años los que la ciudad lleva celebrando la ubicación que hubo en su día de una iglesia dedicada a la Virgen Blanca en el castillo. Perdido el templo, la imagen se custodió primero en la iglesia de San Nicolás y posteriormente en la de San Pedro de la Fuente. De ahí que la romería de la Virgen Blanca comience siempre con una procesión en la que se traslada una talla similar desde ese barrio hasta la fortaleza.
En ese emplazamiento se desarrolla esta jornada de convivencia amenizada por bailes regionales y con la degustación de una paella popular. Alcampo se ocupa desde 1998 de aportar los ingredientes para elaborar este plato que se reparte con la participación de una treintena de voluntarios. Quienes se animen a subir el domingo al castillo deben saber que las paellas que se elaboran permiten repartir 6.000 raciones.
El programa para el domingo queda de la siguiente manera:
11:45 h. Concentración de romeros. Lugar: Iglesia de S. Pedro de la Fuente.
12:00 h. Salida de romería con la imagen de Ntra. Sra. de la Blanca, acompañada de autoridades, peñas con sus reinas, grupos de danzas Asociación San Pedro de la Fuente y ciudadanía.
12:30 h. Misa de campaña. Interviene Asociación de Danzas Estampas Burgalesas. Lugar: Campa de Ntra. Sra. de la Blanca (junto al Castillo).
14:00 h. Actuación Grupo de Danzas Mª Ángeles Saiz. Lugar: Campa de Ntra. Sra. de la Blanca (junto al Castillo).
14:30 h. Reparto de Paella para todos los asistentes con el patrocinio de ALCAMPO. Lugar: Aparcamiento del Castillo.
ORÍGENES DE LA FIESTA
Para hablar de la Virgen Blanca hay que remontarse hasta la misma fundación de Burgos por el Conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 884, cuando decide instalarse en el nuevo lugar, ordenando el levantamiento de una fortaleza, donde morará con su familia.
Cuenta la leyenda que a su hija Sulla Bella, cuando paseaba por los alrededores del castillo se le apareció la Virgen, diciéndole que en una cueva cercana se encontraba una imagen suya que estaba oculta para no ser profanada por los invasores árabes. Cuando la encontraron, el Conde mandó edificar una ermita para que fuera venerada.
Parece ser que es tanta la devoción que la ciudad de Burgos llega a sentir por la Virgen, que es elegida como patrona y protectora de la ciudad, siendo preciso levantar un nuevo templo de estilo románico, en el mismo lugar, a fin de albergar un mayor número de visitantes, convirtiéndose en uno de los santuarios más importantes de la ciudad, que además contaba con un bello claustro.
En 1813 el ejército francés de Napoleón explosionó la fortaleza del Castillo, alcanzando también esta Iglesia, que queda reducido a escombros.
La imagen de la Virgen, en un primer momento, es trasladada hasta la Iglesia de San Nicolás de Bari, pero finalmente, en 1831, encuentra su lugar definitivo en la parroquia de San Pedro de la Fuente, donde se encuentra desde entonces. Actualmente se conservan dos imágenes de esta virgen en dicha Iglesia, siendo una de ellas una talla procesional que representa a la virgen sedente.