«No tenemos miedo a nadie»

ÁLVAR ORTEGA / Burgos
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Manuel Vadillo, que llegó a la presidencia del Aparejadores a inicios del 2022 -con el equipo colista-, se enorgullece de la Supercopa de España, valora la evolución del club y halaga al «mejor cuerpo técnico del país»

Manuel Vadillo, presidente del Recoletas Burgos Caja Rural, con la Supercopa conquistada el domingo. - Foto: Jesús J. Matías

Estos últimos días estaba claro para quién era el protagonismo. No recaía en un jugador, ni era para un directivo, aficionado o miembro del cuerpo técnico del Aparejadores Burgos. Todo el mundo llamaba para preguntar dónde estaba... y aunque su apretada agenda casi lo impide, el primer título de la historia del club, el trofeo de la Supercopa de España, pudo caer en manos de Manuel Vadillo 'Manolón', presidente gualdinegro, para reflexionar durante un rato sobre su conquista y sobre las causas del éxito del club.

¿Qué significa este título para usted como presidente?
Significa todo. Yo llevo en el club desde que se construyó el campo de rugby en San Amaro. Fui más de veintitantos años jugador y luego empecé a trabajar con la cantera. Como directivo primero me llamó Leví (Moreno) para la directiva y luego Iñaki (Sicilia). Llevo mucho tiempo en el club, así que imagínate. Un éxito así justifica todas las horas y todos los malos ratos. Vale la pena. Compensa ver a toda la gente de Burgos celebrando en el campo.

Se acordaría de mucha gente cuando acabó la final.
Ha habido mucha gente en el camino. Desde Manolo Rivas 'Patas' a Chucho Gadea, pasando por el tiempo en que se produjo la escisión de clubes que duró dos años. Entonces nos dimos cuenta de que la unión hace la fuerza.

Cuando estás en el palco, por educación te tienes que contener en la celebración. En la grada me hubiera emocionado más»

¿Cómo se ha llegado hasta este éxito?
Primero ha habido muchos años de jugar en el barro y de viajes interminables. Hasta que decidimos apostar por hacer un equipo fuerte. Decidimos buscar el ascenso desde la categoría regional y volver a hacer lo mismo en la División de Honor B. Pero si queríamos que esto funcionase había que apostar por la llegada de jugadores como Jorge Fuente primero. Cuando subimos a División de Honor decíamos: 'Con no quedar últimos...' porque era la única plaza de descenso directo. El objetivo era no ocupar ni esa ni la penúltima posición, y quedamos en la mitad de tabla. Nos asentamos, pasó la covid... y hasta ahora.

Y en los últimos dos años, con usted como presidente, también han cambiado mucho las cosas. 
Cuando llegué a la presidencia recuerdo que justo entonces el equipo iba último en la División de Honor. Además, en mi primer partido como presidente perdió contra el Ordizia. Esa fue la peor racha porque luego empezaron a ganar. Pero en su momento pensé, como descendamos me echan de Burgos (ríe).

¿Fue la final perdida en la Copa del Rey 2021 un punto de inflexión para el club?
En Albacete nos dimos cuenta de que había títulos que eran más viables, como la propia Copa del Rey. Lo que pasa es que allí no tuvimos opción, pero entonces nos dimos cuenta de que si nos reforzábamos y aprovechábamos a nuestro cuerpo técnico podíamos lograr cosas importantes. El rugby, como dice un amigo mío, es tan justo que injustamente siempre gana el más fuerte.

¿Y ahora se sienten los más fuertes?
Ahora lo que no tenemos es muy miedo a nadie. Los más fuertes no sé, pero sé que ahora somos más equipo. El día previo a la final los delanteros se fueron a un piso a repasar las jugadas. Motu proprio. Eso hace mucho, en el rugby no valen las individualidades. Dependen de los otros 14. Por eso digo que tenemos respeto por el resto, pero no miedo.

Un éxito así justifica todas las horas y todos los malos ratos. Compensa ver a toda la gente de Burgos celebrando»

La celebración de la Supercopa sería más dulce por las dos finales perdidas el curso pasado ante el VRAC.
Fueron dos tragedias con un final de novela. En Sevilla ya me veía campeón. Llegué al estadio y ya me veía con la Copa del Rey en el autobús, llamando al alcalde, celebrándolo en el Ayuntamiento... y durante el partido lo vi más claro incluso que el domingo. Aquel día acabó todo mi gozo en un pozo. Y en la final de la División de Honor me sucedió lo mismo. Me veía campeón y más al ir ganando durante prácticamente todo el partido.

Por eso la celebración estuvo a la altura.
Pero en el momento, cuando estás en el palco, por educación te tienes que contener. Aplaudes y tal, pero no puedes celebrarlo realmente. Hubo un momento en el que ya vi a unos amigos de toda la vida. Me dieron un abrazo y ahí ya me sentí más liberado. Pero si lo hubiera vivido en la grada me hubiera emocionado más.

Seguro que luego hubo tiempo en el tercer tiempo.
Luego ya por demás (ríe).

¿Dónde está la clave para que el Aparejadores sea ahora el equipo a batir?
Sobre todo destacaría a José García, José Basso y Jorge Rueda, el mejor cuerpo técnico de España. Es muy importante su presencia. Nos han cambiado la forma de ver el rugby, nos ha cambiado la forma de ver cómo tiene que trabajar un staff. Lo miran y analizan todo. Son 24 horas rugby. Imagino que tiene que ser como que te entrene Guardiola al fútbol.

Y cuando tienes a tu disposición a jugadores como Tomás Carrió, 'MVP' de la final, todo tiene que ser más fácil.
Toda la plantilla es increíble. Carrió tiene una pierna que pone el balón donde quiere. Pero para llegar ahí el tío ha dado 40.000 patadas en cada entrenamiento. Eso solo se consigue viendo y jugando mucho al rugby.

En Sevilla ya me veía campeón. Llegué al estadio y me veía con la Copa del Rey en el autobús, llamando al alcalde, celebrándolo en el Ayuntamiento... y durante el partido lo vi más claro incluso que el domingo»

¿Siente que el respeto por el club ha aumentado?
Ahora cuando mencionan al Aparejadores la gente ya resopla. Llegas a Valladolid y te ves con posibilidades, te tratan de usted. Es otra cosa. Antes, por ejemplo, a nivel cantera, parecías el patito feo. Ahora te invitan a los torneos. Cruzan el gesto cuando les toca jugar contra nosotros.

'Lo difícil no es llegar, es mantenerse'... El siguiente reto está claro.
Ese es el reto, por supuesto que sí. Haber tocado las mieles de la victoria te motiva para seguir, te motiva para trabajar más, para buscar más apoyos, para seguir arriba.