Es curioso que los mismos que representan en sede parlamentaria a la España que tiene dinero para pagarse la terapia sean los únicos que no se han enterado de nada. Que Pedro Sánchez se haya tomado unos días para pensar después del enésimo ataque rastrero a su mujer es lo más natural del mundo, es de primero de salud mental, es como de pódcast de Marian Rojas Estapé, el abecé del bienestar, que, por otra parte, es lo mínimo que se le puede exigir a un presidente del Gobierno, que tenga la cabeza clara y que no actúe en caliente tomando decisiones para todo un país basadas en el dolor que provocan los bullys.
La pega que tiene es que él es tan perfectito, tan medidito, que establece una distancia con el común de los mortales que hace que parezca todo teatralizado. Pero si analizamos los cinco días de pensar, si leemos la carta (que me apuesto un brazo a que la inmensa mayoría no la ha leído entera), lo más duro que se le puede decir es que tiene toda la razón, pero que a medio Podemos le ha pasado lo mismo que a él y su empatía llega tarde. ¿Se acuerdan de Mónica Oltra? Que se lo cuenten a ella.
Pero esos señores que tiene enfrente, los de la derecha y la extrema derecha, esos señores no se han enterado de nada. A por uvas. Escuchar las declaraciones de Feijóo después de la no dimisión era como ver un accidente aéreo en cámara lenta. Ese profundo desprecio a quien ha tratado de proteger su salud y la de su familia es el desprecio a un país empastillado con receta de lorazepam expedida en urgencias porque no tiene terapeuta que le diga que cinco días para recalibrar le pueden salvar de cinco años de ansiedad.
Y esto los que mejor lo saben son precisamente sus votantes, los privilegiados que tienen el tiempo y el dinero para hacer exactamente lo que ha hecho el presidente, los que si no van a terapia es por prejuicios de cenutrio que tiene que hacerse el duro, no porque hay que elegir entre pagar psicólogo o pagar la luz.
Que, por otra parte, genial, que se retraten ellos mismos, porque no quiero ni pensar qué sería de España en manos de semejantes delulus.