Detrás de la barra y al frente del pueblo

L.M. / Burgos
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Cantineros por la provincia de Burgos (2) | Sonia Arciniega lleva casi 17 años al frente de la cantina de Zalduendo, pueblo que dirige tras ganar las últimas elecciones municipales

A pesar de abrir todos los días del año -a excepción de los jueves-, Sonia Arciniega asegura que tiene un trabajo que le "enamora". - Foto: Miguel Ángel Portilla

Sonia Arciniega cumple al pie de la letra ese refrán que reza que Trabaja en algo que te guste y no trabajarás ni un solo día de toda tu vida. Esta oriunda de Soncillo, en el norte de la provincia, cumplirá el próximo 1 de abril 17 años al frente de la cantina de Zalduendo.

Pero, ¿cómo terminó esta burgalesa detrás de la barra a más de un centenar de kilómetros de su casa? "Trabajaba en una gasolinera en la A-1, pero mi jefe no me quería pagar los kilómetros de desplazamiento y hacía horas extras por un tubo", recuerda Sonia.

El trato diario con multitud de clientes hizo que entablara amistad hace dos décadas con Aurelio, el por aquel entonces encargado de la cantina de Zalduendo. "Me ofreció ponerme al frente y me lancé", asegura. Sin haber pisado nunca este pequeño pueblo -junta vecinal de Arlanzón- enclavado al pie de la N-120, hizo las maletas y dio un giro radical a su vida. "Hasta que ubicas a la gente que viene a diario no eres muy consciente de dónde te has metido, al principio no te quedas con las caras... aunque tardé poco en adaptarme", indica.

Tal es el desempeño y el tesón que Sonia ha puesto en dirigir este negocio que los vecinos la eligieron por amplia mayoría alcaldesa en las pasadas elecciones municipales de mayo de 2023. "Me quita algo de tiempo, pero el Ayuntamiento de Arlanzón y su secretario-interventor me facilitan mucho la vida, sobre todo con el tema del papeleo", afirma.

Aunque ahora parece que la hostelería es un sector que tiene muy pocos apasionados, Sonia confiesa que ella está "enamorada". Tal es su compromiso con la profesión y con los vecinos de Zalduendo y la comarca que abre todos los días del año -en horario de mañana y tarde- a excepción de los jueves. "Por descanso de los clientes, que no mío", bromea. Con 18 años ya sintió el picorcillo que le producía ponerse detrás de una barra y ahora, tiempo después, sigue siendo una apasionada de lo que hace. "Te tiene que gustar y tener buen carácter", resume.

Cazuelillas o algún plato combinado siempre hay. El menú tiene que ser por encargo"

Tan solo se toma unos días de respiro en septiembre, cuando echa la persiana y se escapa una semana con sus hijas. "Como las coja todas juntas... no aparezco en dos años", se burla. Además del servicio de bar, también ofrece la posibilidad de comer in situ. Basta con echar un vistazo a las reseñas que algunos clientes han dejado en Google Maps para entender el desempeño y la pasión que Sonia pone en su negocio. "Cazuelillas o platos combinados siempre va a haber. Si quieren menú tiene que ser por encargo, porque cocinar todos los días para terminar tirando la comida si no viene nadie...", indica.

El constante trasiego de turismos, furgonetas y camiones que soporta la carretera nacional que une Burgos con Logroño le permite obtener un extra de clientela que, sin esta vía, sería inimaginable. "Que construyan la autovía no me corre ninguna prisa", asegura. Entre las fiestas patronales de San Bernabé de junio hasta septiembre el interior de la cantina es un constante ir y venir de gente.

Además del servicio de bar, en su interior también ofrecen algunos snacks y pan. "Voy todos los días a buscarlo a Ibeas de Juarros. Aquí vive mucha gente mayor que no puede coger el coche para ir a comprarlo", sentencia.

Parada -casi- obligatoria

La carretera N-120 es un constante ir y venir de camiones. Esta carretera soporta cada año miles de vehículos pesados que cubren la ruta este-oeste -o viceversa-, especialmente los flujos de mercancías entre Galicia y Asturias y Aragón y Cataluña.

Zalduendo, como confirma la propia Arciniega, está situado en una posición "estratégica" dentro de ese corredor. Y es que entre el Principado y la localidad burgalesa hay alrededor de 4 horas de ruta en camión, el tiempo máximo de conducción permitido para los transportistas sin realizar un descanso.

De este modo, son multitud los que deciden detenerse los 15 minutos reglamentarios para tomar un café, estirar las piernas, despejar un poco la mente y continuar con su trayecto.