Si algo le puede hacer la competencia en cuanto a fama en Covanera al Pozo Azul ese es el Bar Muñecas, toda una institución en la zona y uno de los locales más míticos de la Nacional 623. Tras su barra está Juan Carlos Lagunas desde las 7 de la mañana para dar servicio al pueblo, pero sobre todo a aquellos que van o vienen de Santander por esta carretera. "Algunos clientes me dicen que es lo único que está abierto desde Burgos hasta el Escudo", comenta el hombre, siempre dispuesto a madrugar para poder ofrecer un café o un bocadillo a todos aquellos que también lo hacen, especialmente transportistas, repartidores y de servicios.
Para poder levantar la persiana tan pronto se turna con su mujer, Teresita, "ella se encarga de cerrar por la noche y yo abro por la mañana", cuenta bajo un enorme jamón, que también dispensa. "Si alguien lo ve y se encapricha, se lo puede llevar, igual que el chorizo, la miel, navajas o algún juguete o chuches para los más pequeños", enumera respecto a lo que cuelga sobre la barra y ofrece a la clientela.
Ambos gestionan desde hace años el local que los padres de Juan Carlos abrieron en septiembre de 1971 tras varios años construyéndolo. "El nombre que le pusieron es el de su pueblo, que está en Soria. Mi padre era tratante, le gustó la zona, y después de un tiempo en Masa se asentó aquí", rememora el hombre, que cuenta que por aquellos años "había mucho ambiente" en la zona, incluso tres bares abiertos, mientras que ahora solo existe el suyo. "Funcionaba lo del petróleo de la Lora. Trabajaba mucha gente y había mucho movimiento. Ahora, cada vez menos, no es lo mismo que cuando llegó mi padre".
Mis padres crearon el negocio. El nombre es el de su pueblo, que está en Soria"
Dejando la nostalgia atrás, si algo tiene fama del Bar Muñecas son sus pinchos de tortilla de patatas y que solo preparan los fines de semana. "Es lo más típico del bar, muchos solo paran para poder comerlo, se ha hecho famoso. Otros se toman una tapa de jamón", relata
Antes de tomar las riendas del bar, Juan Carlos también lo hizo de otro negocio familiar relacionado con el transporte y con el que se recorrió toda España. Ya en el Muñecas, durante sus años al frente del bar, lo ha ido renovando poco a poco, "creo que del local original solo quedan ya los paneles de madera de la pared", afirma el hombre, que también ha ampliado el exterior, creando una terraza y zona de aparcamiento, con unas preciosas vistas al paisaje rocoso. No muy lejos de allí se encuentra el Pozo Azul, "muy frecuentado por buceadores durante los fines de semana" y también por turistas durante todo el año. "Por estas fechas hay mucha gente, muchos coches y caravanas, hay días que parece la Gran Vía", dice respecto a las visitas a este atractivo natural.
Dispuestos siempre tras la barra, Juan Carlos y Teresita también se encargan de comprar el pan bajo pedido para algunos clientes, de recogerles el correo, las medicinas o los paquetes. "Es normal porque es lo único que siempre está abierto. Hay días que nos juntamos con 15 paquetes", cuenta el hombre, que pide que los políticos den contenido a la España Vaciada y no solo hablen de ella en las campañas electorales. "Me gustaría que viniera gente al pueblo pero para quedarse", pide el camarero, que necesitaba un empleado más para estas fechas y no lo ha encontrado.
De paso y a bucear.
Su posición estratégica hace que además de los clientes habituales del pueblo atraviesen las puertas de este bar muchas personas que están de paso. Algunos lo hacen una o varias veces en su vida y hay otros que casi a diario. "Hay transportistas o camioneros que entran cada día y vecinos de pueblos cercanos que se hacen varios kilómetros solo para tomarse un café", cuenta sobre estos clientes fijos Juan Carlos, que dice que también hay madrileños que prefieren esa ruta para llegar a Santander y hacen un alto en su bar. Los turistas que acuden a ver el Pozo Azul son otros de los que atraviesan su puerta, igual que aquellos que van a bucear en él, entre ellos el británico Jason Mallinson o el suizo Pedro Balordi. Cuando van a Covanera entran al Muñecas