Villafría deberá armarse de paciencia para consolidar el impulso de los vuelos chárter registrado el pasado año. No será hasta 2025 cuando el aeródromo de la capital pueda confirmar los buenos augurios de una alternativa comercial que se ha quedado sin tiempo para preparar una estrategia a corto plazo.
La reactivación del tráfico de pasajeros pasa de forma exclusiva por la iniciativa privada después de que el Ayuntamiento reafirmara su intención de no acudir a subastas con dinero público para atraer a las grandes aerolíneas. Sin embargo, la planificación de los turoperadores se adelanta al año natural y los contactos mantenidos por los profesionales del sector con el equipo de Gobierno superaron los márgenes de actuación para 2024.
Así, a lo largo de los próximos meses las partes implicadas trabajarán con la vista puesta en 2025. «Si hubiera algo previsto para este año ya tendría que estar cerrado», explica el director de Operaciones de Marsol, Raúl Labarga.
El turoperador de capital burgalés ya mostró su interés en potenciar Villafría con el apoyo institucional y divulgador del Ayuntamiento tras el éxito cosechado en 2023 con los vuelos a Escocia (con el 81% de ocupación) y a Sicilia (con el 95% de los billetes vendidos). Sin embargo, los tiempos del proceso obligan a esperar a una futura ocasión.
En los últimos meses solo ha salido adelante la iniciativa de Viajes Mundiplayas con un programa especial a Ibiza del 6 al 13 de abril con salida y llegada en la capital -el 20 también hay programada una salida con posterior regreso a Bilbao-. Se trata de un paquete vacacional dirigido a mayores de 55 años alternativo a los viajes del Imserso. A la espera que surjan otras actividades similares y líneas regulares que dinamicen la terminal, se asume que la actividad comercial de Villafría será inferior a la de 2023.
Los 4.053 pasajeros del último año duplican los 2.098 usuarios contabilizados en 2022, aunque igualar o superar los 35.447 pasajeros de 2011 parece en este momento un imposible. «Cuando nos reunimos ya era un poco tarde para los turoperadores y, de momento, no nos han presentado nada», explica Icíar Blanco. La presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes de Burgos dejaba la puerta abierta a que surgiera alguna iniciativa ya en Semana Santa, ya en verano. Sin embargo, no hubo opción.
«En principio, no vamos a preparar nada», reconoce, para mantener abierta la opción para el puente de la Constitución. De lo contrario, ya habría que esperar al próximo ejercicio. «Antes ya no es posible porque la programación está en la calle y todo tenía que haber estado claro un poco antes», matiza.
Las circunstancias especiales y las «limitaciones» que afectan a Villafría para atraer a las compañías especializadas tampoco ayudan a agilizar los movimientos. «Los mayoristas preparan su calendario casi a un año vista y comienzan a presentar en septiembre», resume Blanco, para explicar las razones que han provocado un 2024 sin apenas actividad comercial.
«Las últimas elecciones fueron en mayo y un cambio de Gobierno no se hace de un día para otro. El Ayuntamiento necesitó tiempo para ubicarse y cuando nos reunimos ya era un poco tarde. Cuando quisimos llamar a la puerta de los turoperadores ya estábamos en diciembre», zanja la representante provincial de las agencias de viajes.
Blanco mira al futuro con optimismo a pesar de este paréntesis obligado por las urgencias del calendario. «A partir de primavera se empezará a preparar la programación de 2025 y, ahí sí, el aeropuerto de Burgos tendrá sus opciones si los turoperadores lo ven atrayente. Cualquiera que piense en sus vacaciones lo hace con mucha antelación y, del mismo modo, las operativas chárter necesitan alrededor de 10 meses», explica.
Buena predisposición. Los profesionales del sector asumen esta circunstancia y recalcan la «buena disposición» del equipo de Gobierno para explorar esta fórmula comercial, aunque no está prevista ninguna inyección de dinero para explotar Villafría. «A pesar de todo se podrían hacer cosas interesantes», valora Blanco, para asumir que en estas circunstancias es «inviable» atraer una línea regular. «Son temas mayores que requieren mucho dinero. Una gran aerolínea puede pedir 3 o 4 millones de euros y Burgos tiene aeropuertos cerca», recuerda.
Aunque en este momento Villafría no resulte una plaza atractiva y fácil de vender en los paquetes turísticos, el sector considera que el aeródromo tiene potencial suficiente como para disfrutar de un sólido calendario de vuelos chárter y esa es la alternativa que se explorará para completar la intensa operativa de la escuela de pilotos FlyBy.