El Burgos CF necesita reaccionar. Tres derrotas y un empate en las últimas cuatro jornadas lo han colocado en una situación de nerviosismo. Tras el espectacular inicio de Liga ha entrado en una mini crisis de la que necesita salir cuanto antes. Más allá de los resultados, el mayor problema es la mala sensación que transmite, sobre todo el pasado lunes contra el Albacete. Allí, el equipo de Bolo se derrumbó de manera inexplicable tras encajar el primer gol y así lo admitía el propio entrenador. Necesita recuperar su juego y de poco sirve hablar de las bajas en una plantilla más amplia que la pasada campaña y con un estilo de juego muy definido.

En el capítulo de bajas, Bolo sigue sin poder contar con Álex Sancris, mientras que Dani Ojeda arrastra molestias y no ha entrado en la convocatoria. Ambos se unen a las ausencias de Appin y Javier López-Pinto. Además, es duda para esta noche Íñigo Córdoba, que se retiró con algún problema físico en el partido contra el Albacete.

«Hay que aprender de los errores y levantar la cabeza», aseguraba ayer un Bolo que admitía que «algo se está haciendo mal» y que era necesaria una victoria «para tranquilizar a todo el mundo».

Las derrotas ante Almería, Mirandés y Albacete han dejado al equipo muy tocado y el regreso a El Plantío debe suponer un punto de inflexión para recuperar el espíritu y el juego del inicio de la temporada. 

Probablemente Bolo introducirá cambios respecto al equipo que perdió en el Carlos Belmonte. En Albacete formó con Atienza y Raúl Navarro en el centro del campo, mucho músculo que sirvió de muy poco y que dejó el balón y la iniciativa al rival. De hecho, el propio Bolo reconoció que el Burgos corrió más que su rival, pero que no sirvió para nada. Para esta noche parece seguro que Morante entrará en el equipo para tener más el balón y potenciar el juego de ataque (...).

(Previa completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este jueves o aquí)