La siniestralidad laboral vive uno de sus peores episodios de los últimos años, un alza imparable que preocupa seriamente a empresarios, sindicatos y Administración. Tras un último trimestre aciago de sucesos en Burgos, el pasado año finalizó con 9 trabajadores fallecidos en diferentes circunstancias laborales, uno menos que en el año precedente, que también fue negativo.
Por si fuera poco, la mala racha ha continuado durante el mes de enero, donde se han contabilizado dos muertes más de burgaleses, una de ellas en Miranda de Ebro (que inaugura la estadística local vigente) y la otra en la vecina cantera de Peñacerrada, en Álava, provincia que también vive momentos aciagos en este ámbito.
El balance oficial del pasado año, dado a conocer por el Ministerio de Trabajo y Economía Social esta semana, cifra en 5.329 los accidentes laborales con baja durante la jornada en la provincia, lo que supone un 8,5% más que en el año precedente. A ellos hay que sumar otros 490 siniestros in itinere (durante los desplazamientos), que también suben un 11,1% con respecto al ejercicio precedente.
Durante la jornada se contabilizaron 7 muertes, 26 accidentes graves y 5.296 leves que requirieron de una baja médica. Los fallecimientos en los desplazamientos durante el trabajo han sido 2, mientras que los heridos graves ascienden a 4 y los leves suman 484.
Son números que responden a un aumento de la actividad económica vivida durante el pasado ejercicio, pero que también desconciertan en las sedes de la patronal y sindicatos ante una posible relajación de los presupuestos y las medidas de prevención en torno a la salud y la seguridad en el trabajo, así como en la labor de la Inspección de Trabajo y de la Oficina Territorial de la Junta de Castilla y León, organismos con competencias en estos ámbitos.
Causas. Lejos de descender, la siniestralidad está aumentando a nivel provincial con el coste humano y empresarial que ello conlleva. Desde la crisis de la pandemia, en 2020, han fallecido 39 trabajadores en Burgos (incluyendo el de enero) y la cifra de accidentes con baja no ha dejado de aumentar año tras año.
Las causas y circunstancias de los siniestros mortales de 2023 han sido muy variadas y, a diferencia de otros años, no han predominado sucesos vinculados a la salud del trabajador como los infartos de miocardio o los ictus, muy habituales en la estadística.
Hay tres accidentes de tráfico en el balance, otros dos por atrapamiento accidental del trabajador en la maquinaria que manipulaba y un siniestro agrario durante el uso de un tractor en las labores del campo, entre otras causas. Este último enero, un joven fallecía en Las Matillas (Miranda de Ebro) tras caerse en altura cuando realizaba trabajos de instalación de tuberías de gas en la fachada de un edificio.
El siniestro de la cantera alavesa, vivido el pasado viernes 19 de enero, se originó por el atrapamiento del operario de 53 años con una máquina.
Las causas de los sucesos de carácter grave también son muy variadas y van desde explosiones desatadas durante los procesos de fabricación, hasta los derrames durante la manipulación de sustancias peligrosas, los aplastamientos por fallos en los procesos de descarga de materiales pesados o la caída de escaleras o de tejados durante las tareas de reforma de viviendas.