'Martinator', un campeón único

Juan Antonio Lladós (EFE)
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El de San Sebastián de los Reyes es el primer ganador del Mundial de MotoGP con un equipo satélite. Su carrera hacia la cima se sustentó gracias a los esfuerzos económicos de sus padres

‘Martinator’, un campeón único - Foto: Alberto Estevez

Se hace llamar Jorge Martín Almoguera, pero su nombre de guerra es 'Martinator', el cual dice mucho de su personalidad y perseverancia, dos aptitudes que le permitieron cumplir su sueño de coronarse con el Mundial de MotoGP. Después de quedarse con la miel en los labios hace un año, esta vez quiso hacer historia. No se conformó solo con ganar el título, sino que lo levantó como el único que lo ha logrado desde un equipo satélite.

Ese es el rasgo más importante, que lo ha hecho desde una marca al amparo de otra, aunque no se puede obviar su gran explosividad al manillar de la Ducati del equipo Pramac, con el que ha llegado a lo más alto a pesar de que su rival directo, Pecco Bagnaia, se alzó nada menos que con 11 victorias en grandes premios y las mismas que él, siete, en las esprint.

'Martinator', quinto corredor español campeón del mundo de la categoría reina tras Álex Crivillé, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Joan Mir, nació en San Sebastián de los Reyes y creció teniendo el soniquete de los motores en sus oídos, pues la urbanización en la que está el domicilio familiar se encuentra al final de recta del circuito del Jarama.

Ese ruido caló en él, también gracias a sus padres, Ángel Martín, expiloto en el Trofeo RACE que siempre lucía el dorsal 88 que heredó Jorge -aunque tiene que usar el 89 al tener en propiedad el 88 Miguel Oliveira-, y su madre, Susana Almoguera, que inculcaron en el chaval la pasión por el motociclismo.

En compensación, en muchas de las victorias de Martín, este pasea por los circuitos de todo el mundo la bandera de España con la que sus progenitores celebraban los triunfo de Crivillé en sus bajadas al Gran Premio de España en Jerez de la Frontera.

Pero lo cierto es que el actual campeón del mundo, cuyos libros de estudios en muchas ocasiones eran las revistas de motos que su padre tenía por todas partes, nunca lo tuvo fácil y nadie le regaló nada, ni a él ni a sus padres, que tuvieron que hacer grandes esfuerzos económicos para mantener la carrera deportiva de uno de sus dos hijos, Jorge, mientras que al pequeño, Javier, le gusta más el motocross.

Todos los sacrificios se vieron recompensados de la mejor manera posible, con su segundo título mundial. Primero fue campeón de Moto3 en 2018 y en 2024 de MotoGP, tras muchos años en los que sus únicos patrocinadores fueron sus padres, convencidos de las cualidades como piloto del madrileño.

Ascenso

Los Martín Almoguera tuvieron que buscar las fórmulas más rentables para lograr respaldar la carrera de su hijo, por lo que ganar se convirtió en la única consigna válida para crecer dentro de la competición hasta que comenzó a estar becado en la Red Bull Rookies Cup.

Ahora, el doble campeón del mundo, cuya determinación ha sido siempre una de sus grandes virtudes, da paso a una explosividad y convicción sin parangón, aunque jamás se le oye decir una palabra más alta que otra y es llamativo ver cómo con los ojos cerrados memoriza cada uno de sus movimientos antes de salir a pista.

Con 20 años, Martín ya pudo presumir de ser campeón de Moto3 y ahora, con 26, 'Martinator' logró algo que está al alcance de muy pocos, ser el mejor en la categoría reina, aunque para ello haya tenido que esperar hasta la última carrera y batirse con un triple campeón mundial como Pecco Bagnaia.

Todo pundonor y dedicación, el madrileño no dejó de perseverar y en 2023 ya era uno de los pilotos más destacados, pero su objetivo de ganar el Mundial resultó inalcanzable, aunque peleó por ello hasta Valencia, cediendo en su gran duelo con el italiano tras un aciago desliz con el neumático en Catar.

Ya en 2024, su explosividad y su regularidad, con apenas fallos a lo largo de la temporada, en la que ha conseguido siete triunfos en las carreras al esprint y tres en grandes premios, le han permitido hacer historia con el Prima Pramac, la primera escudería satélite campeona del mundo frente a las potentes fábricas de MotoGP.