La muerte de Emiliano Aguirre ha dejado un vacío inmenso en la gran 'familia' que forma el proyecto Atapuerca. Y es que nada de lo que conocemos sobre los yacimientos de la Sierra hubiese sido una realidad sin el concurso esencial de un paleontólogo discreto e intuitivo. Que fuera él la primera persona en descifrar la importancia del enclave burgalés despertó la devoción del mundo científico y académico. Pero no solo. También de la sociedad burgalesa y del conjunto de las instituciones regionales, provinciales y locales, que no dudaron en distinguir con importantes reconocimientos (Honoris Causa por la UBU, Príncipe de Asturias...) el papel que desarrolló este investigador a la hora de poner en valor Atapuerca y el que haya sido considerada uno de los lugares más importantes del mundo para el estudio de la evolución humana.
Tras su fallecimiento, las palabras de elogio y de admiración hacia su figura han sido muchas.
(Reacciones de políticos y científicos, información sobre su gran labor en Burgos, la última entrevista con DB -2016- y fotos para el recuerdo y la historia, en 8 páginas en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)