La esperada campaña de bonos al consumo del Ayuntamiento arrancará el martes 29 de octubre a las 9 horas, momento en que los ciudadanos podrán empezar a adquirirlos, disponiendo hasta el 10 de diciembre, una vez concluido el puente de la Constitución y la Inmaculada, para canjearlos. El comercio será el sector más beneficiado por los descuentos y, por ello, defiende el mantenimiento de esta iniciativa que arrancó con la pandemia, si bien sus representantes en distintas asociaciones muestran su desacuerdo con las fechas elegidas al considerarlas tardías.
El principal motivo de crítica tiene que ver con el hecho de que coincida en el tiempo con el Black Friday, la jornada de descuentos que teóricamente se celebra el último viernes de noviembre, pero que en la práctica se extiende durante el fin semana o abarca la semana completa. «No tiene sentido que se solapen dos acciones de dinamización del consumo porque de esta forma no se rentabilizan los esfuerzos que realiza el Ayuntamiento, en el caso de los bonos, y los comerciantes en el segundo», afirma Consuelo Fontecha, presidenta de la Federación de Empresarios (FEC).
Más allá de esta circunstancia, Fontecha critica que el uso de los bonos al consumo se extienda hasta después del puente de diciembre, cuando arranca la campaña de Navidad en el comercio, previendo en este sentido que «repercuta de forma negativa en las ventas», tal y como recuerda que ocurrió el año pasado, cuando la acción abarcó el mes de diciembre al completo. En el mismo sentido, se expresa la presidenta de la asociación Zona G de Gamonal, Victoria Vélez, quien censura que el equipo de Gobierno «no haya tenido en cuenta nuestra opinión» ni tampoco «haya cumplido la promesa de 2023 de que se pondrían en marcha en septiembre».
La entidad que representa asegura que octubre y noviembre suelen meses con una actividad comercial «más floja» y que, precisamente, esta se reactiva «bastante» a partir del Black Friday, por lo que considera que el impacto de estos cheques descuento resulta «menor» debido a que «hay ventas de por sí». De igual forma, critican a la Concejalía de Comercio por «no habernos mantenido informados», algo que también comparte la presidenta de Centro Burgos, Patricia Gil, quien lamenta que «no se nos pidiera opinión para valorar las fechas más idóneas para todos los comerciantes», habiendo resultado más favorable, a su juicio, un adelanto de las mismas.
En cualquier caso, Gil aplaude la campaña, al igual que el hecho de que se limite este año la compra a un máximo de 10 cheques por consumidor, que asume el coste de 6 euros, mientras que el resto corre por cuenta del Ayuntamiento. Más allá de ese ahorro y de dinamizar el consumo, defiende que la iniciativa se convierte en una buena herramienta para «captar nuevos clientes» y dar a conocer el pequeño comercio a compradores que responden a un perfil joven y que habitualmente acuden a las grandes cadenas o a internet.