Decenas de árboles arrancados de cuajo o tronchados, además de muchas ramas caídas, y en torno a diez vehículos aparcados en la vía pública dañados de distinta consideración. Este es el balance provisional, a la espera de un informe más detallado, de la fulminante tormenta que ayer azotó la capital ribereña durante a penas 10 minutos pero que trastocó lo que iba a ser un domingo tranquilo para culminar las fiestas patronales de Aranda. «Toda la semana con aviso de lluvias y tormentas y ahora que no había ninguna, esto», comentaba un vecino de la calle Alameda, donde se produjo el destrozo más llamativo de la jornada.
En esta calle, uno de los árboles que bordean el patio del Centro Cívico Virgen de las Viñas se cayó, arrastrando parte del muro de esta instalación. El muro y la valla metálica se derrumbó sobre los coches que estaban ahí aparcados y la copa del árbol se topó con el tejado de una de las casas unifamiliares de esa calle.
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