La Policía Nacional le tenía identificado. Su 'modus operandi', su peculiar complexión y su obsesión por asaltar determinados establecimientos eran la base para imputar a un hombre de 33 años y de origen rumano una serie de delitos. De hecho, ya había sido arrestado por entrar a la fuerza en el Juarreño de Soportales de Antón y en la pastelería Maxi de Francisco Grandmontagne. Sin embargo, lo que desencadenó su detención hace unos días fue un robo con violencia a una mujer que en ese momento entraba en su portal.
El incremento de denuncias por robos con fuerza en comercios y bares de la ciudad fue notable en las últimas semanas. En la pastelería Maxi se cebaron especialmente, pues en apenas una semana entraron dos veces de la misma manera: reventando con un objeto contundente el cristal inferior de la puerta de entrada y accediendo para llevarse la caja registradora y algo de género.
Las grabaciones de las cámaras ya permitieron concluir que en ambos casos se trataba de la misma persona que días antes habían detenido en posesión de varias palmeras de chocolate propiedad de este local. Las diferentes pesquisas permitieron determinar que también era el mismo individuo que había asaltado el Juarreño de Soportales de Antón.
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