La moda se hizo presente ayer en el monasterio de San Juan con todo un despliegue de creaciones que llevaron a la pasarela 21 comercios  de diferentes equipamientos. Desde abrigos y cazadoras para el invierno hasta el calzado o la ropa interior pudieron contemplar los asistentes que llenaban los laterales del patio interior de este recinto. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, no se quiso perder el evento y acudió junto a diversas autoridades. El desfile lo cerró el popular diseñador José Perea, que ofreció a los burgaleses muestras de su reconocido talento.

El comercio Diecinueve abrió la tarde noche aportando variedad de prendas. Los vestidos contrastaban con los abrigos más serios y el color oscuro se volvía una constante. La colección otoño-invierno suele tener tonos más apagados del que salió la tienda Teria Yabar con sus más alegres prendas. Lo más apagado ganaba con la luz de los estampados más abstractos.

La sonrisa la pusieron los más pequeños cuando salieron de la mano del Ovs Kids. Encarando las rectas con público a los lados acumulaban todas las miradas que ellos reflejaban con sus ojos nerviosos. Se llevaron varias ovaciones y también aparecieron con Calzados Giotto. Sus caras, plagadas de adornos y brillantes eran la ternura en persona.

Establecimientos como La Perla o Intimissimi dieron cuenta de su lencería y ropa interior, así como pijamas y conjuntos y la tienda Conchi Diez sacó a relucir sus mejores joyas. Con el fondo negro que portaban los modelos, brillaban el dorado de los brazaletes o colgaban los collares más largos. Con esfuerzos de quienes los portaban para resaltarlos.

Poco a poco fueron pasando los 21 comercios participantes, con algunas bufandas para el frío de Burgos y combinaciones de cara al otoño más optimista hasta que llegó el momento del cierre. El diseñador cordobés José Perea hizo gala de su popular estilo y culminó por todo lo alto un evento que ayer llegó a su novena edición y que supuso un punto de encuentro para la moda.