Personas que acudieron en febrero al médico de Atención Primaria por un problema en los pies que el especialista consideró que debía ser tratado en Traumatología del HUBU están recibiendo ahora una cita en la que se les emplaza a acudir a la unidad dedicada a esta extremidad en marzo del 2025.
Afectados que han contactado con este periódico afirmaron que la única explicación que han recibido por semejante demora es que hay «pocos traumatólogos» al frente de las consultas especializadas en patología del pie. Y a esto se añade que, según les indicaron fuentes del servicio, se han solapado varias bajas; algo que ha incrementado la casi siempre abultada demora.
Lo positivo de una lista de espera alargada por bajas del personal es que cabe la posibilidad de que las citas se adelanten a medida que los especialistas se reincorporan, algo que en otros servicios suele hacerse una vez que es posible abrir una agenda nueva y 'recolocar' a los pacientes ya convocados.
Sin embargo, hace tiempo que Traumatología del HUBU arrastra un déficit de personal que, en principio, el último concurso de traslados no resuelve: se ofertaban seis plazas y se cubren tres. La otra mitad no queda vacante, sino que debe cubrirse con contratos temporales y, por tanto, con mayor inestabilidad en la plantilla. Y, en el caso concreto de Traumatología, hace meses que la gerencia tilda de «crítica» la situación por la escasez de efectivos. Un problema agudizado desde la pandemia por la competencia con la sanidad privada, que está captando a especialistas formados en el HUBU.
A esto se añade que, según han comentado fuentes oficiales del servicio en distintas ocasiones, la patología del pie no es «la más popular» de la especialidad y hay pocos traumatólogos que se dediquen a ella, a pesar de que la prevalencia aumenta. La rotura del tendón de Aquiles, por ejemplo, es un problema cada vez más frecuente (el HUBU atiende unos 30 al año) por la generalización de la práctica deportiva en edades a las que, hasta ahora, no se solía hacer ejercicio.
Esta misma causa provoca fracturas en los tobillos -en algunos casos, susceptibles de resolverse con la colocación de prótesis, pero en otros muchos no- o en otros puntos del pie que, en cualquier caso, tienen que derivarse a la unidad especializada. La misma que también atiende todos los problemas provocados o agudizados por el uso de un calzado que, según han explicado traumatólogos de Burgos en diversas ocasiones, favorece la aparición de lesiones tan habituales como los juanetes, pero también otras deformaciones en los huesos que acaban provocando dolor y/o dificultades para caminar de forma correcta. Lo contrario repercute en otras articulaciones.
Sin embargo, programar una primera consulta trece meses después de la aparición del problema -o, al menos, de la aparición de los síntomas que alertan del problema- tampoco permite ponerle solución. Y a pesar de que, según los afectados, incluso desde Traumatología se pidió revisión en seis meses, la demora duplica este plazo.