Julián Calero ya ejerce como entrenador del FC Cartagena, equipo al que ha llegado esta semana para sustituir a Víctor Sánchez del Amo. El último equipo al que entrenó fue el Burgos CF, por lo que en su presentación fueron varias las preguntas que estuvieron relacionadas con el conjunto blanquinegro. Dejó claro que a Burgos lo llevará «siempre en el corazón». «Les llamo aún mi gente porque me han querido muchísimo y yo a ellos también les quiero», indicó.
El de Parla señaló lo «feliz» que fue en la capital castellana, donde se sintió «muy querido» y destacó la buena relación que aún mantiene con Michu o con los dirigentes y explicó por qué tomó la decisión de salir del Burgos.
«Pensaba que mi momento en aquellas circunstancias se había agotado y preferí dar un paso al lado antes de cambiar otras cosas. Cuando crees que tu mensaje está agotado le tienes que decir al director deportivo que necesitas 14 jugadores nuevos y te dice que no puede, por lo que igual era yo. Tenía una oferta de dos años y me quedé en el paro. Lo hice de corazón porque creía que era lo mejor para ellos. Adonde voy trato que sea lo mejor para el club donde estoy», comentó.
El madrileño transmitió seguridad y confianza en el acto de presentación como entrenador del FC Cartagena, colista de LaLiga Hypermotion. «Que busquen a otro equipo para bajar, porque el Cartagena va a salir, pero no será fácil», manifestó.
Llega a un equipo con tres puntos en siete jornadas, aunque «cargado de ilusión».«Veo a los futbolistas motivados y con ganas (...) Será una carrera de fondo en la que ojalá podamos esprintar. El reto es importante y con el apoyo de todo el mundo lo conseguiremos, y en ese sentido, necesitamos a la afición más que nunca», reconoció.
Volvió a echar mano de las metáforas para explicar la situación en la que se encuentra el conjunto murciano. «Esto es como cuando vas en el coche con el cristal sucio, le das al agua y pasas el limpiaparabrisas hasta ver con nitidez. Es lo primero que hemos hecho. Los jugadores tienen que ver que hay camino y que sabemos dónde vamos y lo que tenemos que hacer para llegar. Su predisposción es extraordinaria y cambiamos muchos patrones para adaptarlos a lo que queremos en el día a día», comentó al remarcar que tienen que «cambiar la mentalidad y empezar a pesar en positivo».
Llega con el sambenito de entrenador defensivo y también respondió a esta cuestión. «Me gusta el balón, pero con unas determinadas condiciones. No me gusta masticar en exceso con él, pero sí llegar al campo rival y hacer daño. Eso me encanta y todo es adaptable. No soy el sumun del juego de ataque, pero intentaré que la gente también esté contenta con lo que ve y pido un poco de paciencia para eso. Queremos ser un equipo completo», respondió.
En Cartagena coincidirá con su hijo Iván del que aseguró que es «un jugador más». «Por respeto a él y a mí, a la plantilla y al fútbol así lo trataré», explicó durante su comparecencia.
Llega acompañado por Antonio Carmona como segundo entrenador y Roberto Ovejero como preparador físico y tuvieron palabras para él el presidente del club, Francisco Belmonte, y el director deportivo, Manuel Sánchez Breis.
"Desde el minuto 1 ya sabe el escenario que pisa y parece que lleve tres años aquí y lo que estamos haciendo es la rueda de prensa de su renovación. Da la sensación de tenerlo controlado absolutamente todo y eso da confianza a la plantilla y también al entorno", dijo Belmonte.
"Nos ha cambiado la cara y el ánimo en apenas 48 horas y tenemos claro que lo va a conseguir igualmente con los jugadores. Es lo que más necesita el equipo, tener esa confianza que podía faltar y Julián es la persona perfecta para lograrlo", apostilló Sánchez Breis.