Una intervención por fases permite renovar la cubierta del monasterio

N.L.V. / La Vid
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Lo que iba a ser una actuación menor para actuar en unas vigas en mal estado detectadas ha derivado en un proyecto integral que se prevé que finalice el próximo año con el albergue

La actuación ha obligado a instalar un denso entramado de andamios y telas para poder acceder a la cubierta. - Foto: Diario de Burgos

 
Aquellas personas que en los últimos meses hayan circulado por la N-122 en sentido Soria o, simplemente, se hayan acercado al municipio de La Vid habrán podido observar como una cubierta metálica y textil iba cubriendo paulatina y progresivamente la estructura del Monasterio de Santa María de La Vid, una de las principales joyas del patrimonio ribereño, regido en la actualidad por la Comunidad Agustina. La presencia de estos andamios obedece a la intervención que, por fases, se ha realizado en este cenobio y que ha permitido renovar por completo la cubierta de la construcción.
El proyecto, según señala Enrique Canca, prior de la comunidad, se planteó tras detectarse algunos fallos en la techumbre y, en concreto, en el mal estado de algunas de las vigas de madera que la sustentan. «Empezamos por ahí pensando que eso no podía seguir así más tiempo de lo que llevaba», explica el prior, indicando que, debido a su mal estado, se optó por no esperar a la concesión de alguna subvención o patrocinio e intervenir directamente con los fondos de la orden agustiniana. 
La actuación inicial permitió saber que el deterioro había hecho mella también en otros puntos del monasterio, obligando a prolongar los trabajos tanto en el tiempo -son ya cerca de tres años lo que llevan las obras- como en el espacio. «Era una reforma urgente, importante, de mantenimiento sobre todo y de acondicionamiento para los fines de esta casa, de formación, espiritualidad y acogida», indica el prior.
Dada la financiación de los trabajos con cargo a los fondos de la Orden, se han ido ejecutando en función  de la disponibilidad económica de la administración central agustiniana. En la actualidad, se ha completado ya la actuación en la zona de la iglesia y el monasterio, propiamente dicho, que ha erradicado con ello problemas de humedades y grietas. De inmediato, y coincidiendo con el inicio del periodo de más afluencia de visitantes y huéspedes al cenobio, se paralizará por completo el proyecto y se prevé, en un cuarto año, en 2015, para proceder a la revisión de la cubierta de la zona que se conoce como el albergue juvenil.
La intervención se ha regido por criterios de conservadurismo, y se ha optado, siguiendo las directrices marcadas por los responsables regionales de Patrimonio al conceder el permiso para ejecutar las obras, por mantener la teja en aquellos puntos en que ya existía y la cubierta de pizarra, que confiere al monasterio una característica imagen oscura, en aquellos lugares en la que lo había.
La instalación del aparatoso andamiaje ha permitido que, además de la cubierta, se haya podido plantear una limpieza superficial de la fachada. «El paso del tiempo hace que la piedra vaya tomando un color oscuro debido a los líquenes y humedades y lo que se ha hecho ha sido limpiar un poco la piedra», concluye Enrique Canca.