La compra de vivienda al contado se hace fuerte. Así lo constatan en varias inmobiliarias de Aranda de Duero, donde estiman que desde mediados de 2023 hasta la actualidad ha aumentado el número de pisos que se pagan sin necesidad de solicitar una hipoteca al banco y ya representan cerca del 40% de todas las operaciones que se efectúan. «Hemos realizado unas cuantas ventas de este tipo», asegura el gerente de Alfa Inmobiliaria, Javier Guijarro, que atribuye esta subida al encarecimiento de los préstamos. Según cuenta, sucedió algo similar en la crisis de 2008 y ahora el pago a tocateja vuelve a cobrar fuerza en la capital ribereña.
En la misma línea se pronuncian en Liverso. Su responsable comercial, Isabel Martínez, subraya que «muchísimas operaciones salen adelante con fondos propios». Reconoce que puede sorprender, pero remarca que el 40% «no es nada descabellado». Según explica, en la venta de pisos nuevos, hasta el final del proceso no se sabe si el cliente va a pedir una hipoteca. «Cuando llega el momento de la firma y les llamas para coordinar la escritura y ver qué porcentaje van a financiar para preparar todas las gestiones con la notaría, te encuentras con que hay quienes te dicen que van con fondos propios. Tenemos un porcentaje alto», indica, al tiempo que precisa que se trata de un proceso «más rápido», al no depender de una entidad bancaria.
No obstante, las compras que se pagan al contado suelen ser bastante más habituales con pisos de segunda mano «porque son más económicos», como recuerda Guijarro, y porque «tampoco hay tantas viviendas nuevas» en Aranda en este momento, después de unos años en los que apenas se han desarrollado promociones a la espera de que se aprobara el nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Así las cosas, prima la vivienda de segunda mano, que suele rondar los 100.000 euros, como añade Martínez. En la mayoría de casos, se trata de pisos que luego requieren una reforma y que se distribuyen indistintamente por todos los barrios de Aranda de Duero.
En cuanto al perfil del comprador que paga su piso 'a tocateja', se dan multitud de casos. Por ejemplo, parejas que tienen una parte ahorrada y que cubren el resto con el dinero que les presta su familia.
También hay un porcentaje considerable de pequeños inversores, que apuestan por adquirir una vivienda y ponerla a punto para luego destinarla al alquiler. Al final, como apunta el responsable de Alfa Inmobiliaria, «la gente sigue invirtiendo en el ladrillo. Pasó un mal momento, pero vuelve a ser un valor refugio». Sin olvidar que, a su juicio, «en cuanto se endurecen las condiciones, aflora el dinero».
En este sentido, la responsable comercial de Liverso remarca que un porcentaje «elevado» de las compras que se han efectuado a lo largo de los últimos meses tienen por objetivo final el alquiler, ya que «en Aranda funciona muy bien» y existe una gran demanda de viviendas, especialmente entre los profesionales que recalan en la capital ribereña por motivos laborales.
Cultura del ahorro. En ambas inmobiliarias citan otro factor que estaría influyendo en la adquisición de viviendas al contado en Aranda: la cultura del ahorro. «En Castilla seguimos siendo una población de ahorradores», dice Guijarro, mientras Martínez concluye: «Prima una cultura muy ligada a guardar para un futuro». Justamente, la estadística regional va en la misma línea con un 43% de pisos pagados sin pedir una hipoteca.