Hace 3 años que funciona como asociación independiente, aunque nació en 2010, gestionada por el Ayuntamiento de Villangómez. La organización del Festival Pollogómez y sus murales de arte urbano le ha dado proyección internacional.
Este año no se celebra, pero no por ello el pueblo deja de lado su faceta cultural y habrá nuevos murales en sus paredes. Es una apuesta con la que la covid-19 no ha podido.
¿Cuál es el momento actual de la asociación?
Estamos consolidados, hemos hecho un grupo con gente de todas las edades buscando cierta heterogeneidad e ideas distintas. En cuanto a los socios rondamos los 200 y desde luego, tenemos muchas ganas de seguir haciendo cosas no solo en veranos, sino durante todo el año en colaboración con el Ayuntamiento, como la fiesta de la matanza, carnavales, halloween, campamentos, actividades para mayores, excursiones, talleres, yoga y el Pollogómez que nos da muchísimo trabajo, pero también muchas satisfacciones.
¿Se ha fijado la directiva algún objetivo nuevo?
Tenemos una andadura de dos años, quizás sigamos uno más dado el año tan raro que estamos viviendo. En principio, seguiremos en la línea que estamos pero esperamos que la gente más joven aporte ideas nuevas. Este verano, a pesar del coronavirus, hemos contactado con una empresa y tenemos campamentos porque hay familias que necesitan conciliar.
¿Cómo se lleva este año no poder hacer el Festival Pollogómez?
Con mucha rabia la verdad, porque ya habíamos pedido permisos y veníamos trabajando desde el año pasado porque esto se empieza a organizar prácticamente cuando se acaba el Festival ya que lleva mucho trabajo. Además, al no celebrarse nos ha obligado a devolver a la Diputación los más de 12.000 euros de subvención; realmente hemos renunciado a ésta, pero hemos pedido otra menor de 6.000 euros para actividades que sí vamos a realizar. Así que, aunque habíamos empezado a organizar cosas y contactar con gente, en marzo lo paralizamos.
¿Y los vecinos, como lo han asimilado?
Todos lo hemos encajado mal, pero creo que peor el pueblo que la asociación. A nosotros nos toca trabajar mucho -se ríe cuando lo dice, pero inmediatamente asegura que lo hacen encantados-. A los vecinos les da mucha pena porque ya prácticamente nos conoce todo el mundo por el Pollogómez y es la mejor promoción para el pueblo.
¿Qué es lo más importante que el Festival aporta al pueblo?
Es nuestra seña de identidad y nos hemos dado cuenta con los años que nos ha unido más; también a veces nos ha separado o nos ha puesto tensos porque organizarlo es mucho trabajo, muchas cosas por decidir y cada uno tiene sus opiniones, pero en definitiva, nos quedamos con lo bueno, al final todo sale estupendamente y nos une mucho a los vecinos, que nos dejamos la piel esos días. Y algo importante es que hemos conseguido organizarnos, crear un grupo de trabajo que más o menos lo controlamos y también es importante que los vecinos se involucran, hombres, mujeres y hasta los niños que hacen manualidades en los talleres para esos días o venden las camisetas. Se crea así una conciencia de pueblo. Y lo que si es cierto es que los niños no conciben no tener el Festival, porque lo han vivido toda su vida.
Sin Pollogómez, pero con la actividad de los murales ¿Qué artistas vendrán este año?
Sí, creemos que esta actividad se puede realizar con las medidas de protección necesarias. Será durante la segunda semana de agosto y vendrá un grupo de artistas urbanos de Murcia, la Compañía de Mario, y el burgalés Sainz Manrique; seguimos hablando con otros artistas de la provincia, que les hay muy buenos. Es verdad que no vendrán muchos, pero apostamos por esta actividad.
Tampoco renuncian a las camisetas...
Efectivamente, las hemos encargado, serán algo diferentes, en negro, diseñadas por uno de nuestros socios, Marco, y hace referencia al coronavirus. La popular fotografía de los vecinos con ella la haremos el 1 de agosto.
¿Cómo valoran estar en la red internacional Street Art Cities?
Es increíble, nos dará una gran visibilidad a nivel mundial y será bueno porque entendemos que generará muchas visitas. De hecho, en cuanto se conoció la noticia notamos que vino más gente a ver los murales. Ha sido un trabajo increíble de Rodrigo el que ha hecho para entrar en la red y en estamos encantados.
La Asociación Pollógomez está integrada en el proyecto Arlanza-T, ¿qué opinión les merece?
Nosotros creemos que todo lo que se haga tiene que ser para ayudar a dinamizar los pueblos; no sabemos si eso genera el objetivo final, fijar población, pero hay que intentarlo, uniéndonos todos los pueblos y trabajando en común.
¿Cree que estos proyectos ayudan a atraer gente a los pueblos, es suficiente estímulo?
Es difícil, se tienen que dar más circunstancias y apostar más las administraciones para crear trabajo, que es lo que arraiga a la gente, pero también es difícil si nos quitan los servicios básicos, pero al menos revalorizamos los pueblos y nos hace sentir orgullosos de lo rural.