Los responsables de la Unidad de Cultura de la Diputación y del Arzobispado de Burgos han sudado tinta para resolver la convocatoria del conocido como convenio de las goteras, agua bendita para los pueblos que resultan agraciados con el reparto de subvenciones cada dos años y que en muchos casos les permite mantener literalmente en pie sus iglesias y ermitas. Ha sido una de las más complejas y que más tiempo ha llevado desentrañar -el plazo de solicitud se cerró en septiembre del año pasado- por el gran número de solicitudes. Finalmente, 52 de las 168 que han sido puntuadas por los técnicos recibirán una subvención que oscila entre los 92.000 euros y los 8.160.
Los 2,6 millones de la convocatoria -2 aporta la Diputación y el resto la Diócesis- llegan solo para el 31% de las solicitudes. Atender a todas requeriría de 8 millones más, todo el presupuesto que tiene la institución para arreglar carreteras de la red provincial este año. «No se puede hacer más.Me da pena que no entren muchos más pueblos, pero tenemos mucho patrimonio», explica Raquel Contreras. Parafraseando al evangelista Mateo, muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.
La diputada responsable de Cultura destaca en cualquier caso el enorme esfuerzo que desde 1993 realizan junto al Arzobispado y que ha permitido rozar las 1.400 actuaciones en 28 convocatorias.
Los técnicos han «mirado con lupa» todas las solicitudes, recalca Contreras, de unas ayudas a las que se opta en régimen de concurrencia competitiva. Los criterios que puntúan se rigen según la necesidad y urgencia de las obras (hasta 45 puntos), el valor histórico-artístico del templo (23), la actuación en bóvedas, cubiertas o muros (12), la implicación de la localidad (otros 12) y el uso social del inmueble (8).
Por ejemplo, la iglesia de Hermosilla (Bureba) lleva cerrada desde 2021 por riesgo de derrumbe. Las grietas en los muros y el desprendimiento de zonas de revestimiento de las bóvedas interiores hacen que resulte peligroso incluso acercarse a esta construcción románica. La solicitud de esta junta vecinal es una de las 9 que recibe la máxima cantidad, 92.000 euros, en su caso para una inversión de 115.000.
Las otras 8 agraciadas con el 'gordo' son las localidades de Sedano, Bezana, Penches, Pino de Bureba, Bárcenas, Quintana del Pidio, Villambistia y Castrillo de Murcia. El proyecto de esta última localidad, pedanía de Sasamón, ha vuelto a ser el mejor valorado por los técnicos, cuatro años después. En la convocatoria para 2021-22 recibió 100.000 euros que permitieron iniciar la lucha contra las humedades y los xilófagos en la iglesia gótica de Santiago Apóstol, epicentro de la fiesta del Colacho.
Porque nunca es tarde, si la ayuda llega. Bien lo saben en Villanueva de los Montes, donde el tejado de la iglesia colapsó el 13 de febrero de 2020. Tras una primera intervención de emergencia con 58.000 del convenio de las goteras hace 4 años, recibe ahora otros 92.000 para rematar la restauración y recuperar el culto dos décadas después.
Otra de las edificaciones más necesitas está en Sáseta (Condado de Treviño). Incluida en la Lista Roja del patrimonio de Hispania Nostra, está gestionada por el Arzobispado de Vitoria, y tras dos intentos fallidos de restauración, llega su hora. La suya es una de las mayores inversiones previstas, con 143.000 euros, solo superada por los 153.000 de Sedano. En cualquier caso, la ayuda cubre como máximo el 80% de la obra, el resto lo aportan los pueblos.
Excluidas. Han sido excluidas las solicitudes de Villamórico (Arlanzón), Cilleruelo de Abajo, Mambrillas de Castrejón, Quintanar de la Sierra, Quintanilla de Urrilla, Rábanos y Arroyo de Muñó al no ajustarse a las bases de la convocatoria. Además, Rabanera del Pinar, Santiago de Tudela y Fresneda de la Sierra Tirón han renunciado.