Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El oasis vasco

09/04/2024

Las elecciones del próximo 21 de abril en la Comunidad Autónoma Vasca son las más reñidas de los últimos tiempos, con las encuestas apuntando a un empate técnico entre el PNV, que ha ostentado el gobierno regional en casi todo el tiempo, menos el paréntesis de la legislatura de Patxi López, y EH Bildu, el conglomerado de los partidos de la izquierda independentista vasca, que en esta ocasión disputa la primogenitura del abertzalismo a los jeltzales, con la posibilidad de ser el partido más votado e incluso de que haya un sorpasso en el número de escaños en el Parlamento vasco.

Pese a estas circunstancias, los primeros compases de la campaña electoral no han podido ser más pacíficos, y acostumbrado a las trifulcas y andanadas con munición de grueso calibre, puede afirmarse que les faltan nervio, atracción, chispa, iniciativas programáticas que levanten el ánimo de la propia parroquia y que muevan el cambio de voto. Quizá se deba a la bisoñez de los principales candidatos, el peneuvista Imanol Pradales y el batasuno Pello Otxandiano, los relevos de Íñigo Urkullu y Arnaldo Otegi. Ambos tenían tablas a base de competir en campañas electorales, y eso es precisamente lo que se echa en falta de los nuevos candidatos, porque sus mítines son planos, con el consiguiente riesgo de desmovilización, cuando una de las claves de las votaciones estará en la fidelización del voto, más acentuada en el caso de EH Bildu que del PNV, que sufre cansancio de materiales.  

El ardor guerrero y la sobreactuación es contraproducente en muchas ocasiones, pero la falta de énfasis provoca que las propuestas queden diluidas sobre todo cuando el principal terreno de enfrentamiento está en la promesa de recuperar el prestigio y la buena gestión del sistema vasco de salud, Osakidetza, y ambos políticos, con metáforas más o menos acertadas, se han comprometido a reanimar al paciente. Para el resto de los problemas, vivienda, transición ecológica, recuperación económica y el futuro de la Ertzaintza… las soluciones están mediatizadas por la procedencia ideológica de los candidatos y el simultáneo aval y cansancio con la gestión del PNV, y los deseos de cambio de caras y modos que representa EH Bildu. Pero ahí está el PSE para recordar que cuando los sucesores de Herri Batasuna han gobernado en algún gran ayuntamiento, como San Sebastián, su gestión fue manifiestamente mejorable.

Que la campaña electoral vasca sea un oasis, al menos por ahora, depende también de dos factores esenciales, que en esta ocasión se han aparcado las cuestiones identitarias, las exigencias soberanistas para no seguir el camino catalán y la violencia terrorista ha desaparecido del debate, y que está pregonado que los socialistas de Eneko Andueza volverán a ser el báculo que necesita Pradales para acceder a la lehendakaritza, sin que ello vaya a suponer una ruptura del apoyo parlamentario de EH Bildu a Pedro Sánchez.

Ni tan siquiera en el resto de los partidos nacionales con sucursales vascas hay tensión. Podemos va camino de la consunción y todos sus escaños pasan milimétricamente a EH Bildu, y a Sumar tampoco le interesa una lucha intestina con los morados. En la derecha el PP tratará de recuperar el escaño de Vox por Álava y dejar fuera del Parlamento vasco a la ultraderecha.