Ecologistas en Acción califica de "delirante" la petición de reabrir la central 17 años más

Europa Press
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Greenpeace también muestra su "profunda preocupación" por lo que considera una demanda "estrambótica" y cree que Nuclenor "ha perdido el norte".

Ecologistas en Acción ha calificado de "delirante" la petición de Nuclenor al Gobierno para que la central nuclear de Santa María de Garoña vuelva a producir electricidad hasta 2031, es decir diecisiete años más. El plazo de renovación no tiene precedentes en el conjunto de países de Europa. "Solicitar su funcionamiento hasta 2031 es una verdadera locura teniendo en cuenta el estado de la central", ha manifestado el portavoz nuclear de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón.

Así, ha explicado que, aunque se realicen todas las reparaciones que están pendientes y los nuevos requisitos de seguridad -las que solicitaba el CSN para su continuidad, más las añadidas a raíz del accidente nuclear en la planta japonesa de Fukushima- "no sería suficiente" para que el reactor burgalés opere en niveles de funcionamiento aceptables, por lo que cree que "ni mucho menos hasta 2031".

Además, Castejón se ha referido a la "enorme incertidumbre política" reinante por lo que cree que pedir una licencia para "tanto tiempo" implica que los plazos que deberá tomarse el Consejo de Seguridad Nuclear para valorar la solicitud será largo y ha recordado que no hay un plazo establecido para el análisis e informe del organismo regulador.

En su opinión, es "seguro" que en las próximas elecciones generales no habrá terminado este proceso y ha señalado que el Gobierno podría cambiar de signo y que el nuevo Ejecutivo no sea favorable a la reanudación de la planta. Llegado ese caso, ha valorado que todo el trabajo hecho por técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear y de Nuclenor "se tiraría a la basura".

Asimismo, ha advertido de que hay reparaciones que actúan sobre determinados elementos, pero otros tienen graves problemas sobre los que no se actúa. En concreto, ha recordado el proceso de corrosión del circuito primario y que "puede dar problemas en el futuro".

Revisiones pendientes. En este sentido, ha añadido que el organismo regulador no ha revisado aún la vasija de Garoña, cuyo procedimiento de fabricación y fabricante es el mismo que el de las vasijas belgas de Döel y Tianje, que están siendo revisadas al detectarse numerosas fisuras. Al respecto, ha explicado que el CSN aún no ha evaluado la vasija debido a que la planta está en situación de cese de explotación, pero si quiere volver a operar, también deberá revisarse esta pieza fundamental del reactor.

En todo caso, cree que el Gobierno está "más deseoso aún que Nuclenor por reabrir" la central nuclear de Garoña, ya que le ha brindado varias oportunidades en este proceso que ha definido como un vodevil. "Si fuera por el Gobierno, Garoña ya estaría funcionando. Nos queda confiar en los técnicos del CSN, que actúen en conciencia y hagan gala de su capacidad técnica", ha apostillado Castejón, que cree que al regulador atómico le va a llevar "mucho tiempo", ya que nunca se ha concedido en España ni en el resto de Europa una autorización para "tanto tiempo".

Finalmente, ha insistido en que la central, de Iberdrola y Endesa al 50 por ciento, es "perfectamente prescindible" y ha advertido de que su puesta en funcionamiento no solo pone en riesgo la zona sino que amenaza a toda la cuenca del río Ebro.

Greenpeace: "Esta petición se salta todos los protocolos". La organización ecologista Greenpeace también ha expresado su "profunda preocupación" por la "estrambótica" petición de Nuclenor de renovar su licencia de explotación de Garoña por 17 años más, hasta marzo de 2031.

El director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, ha denunciado que esta petición se salta "todos los protocolos" e introduce a la ciudadanía y al Consejo de Seguridad Nuclear en una situación de riesgo. "Se trata de una central muy envejecida y no se conoce cómo puede evolucionar", ha advertido Rodríguez, quien ha recordado que tampoco hay precedentes de solicitudes más allá de diez años.

Por ello, pide al Ejecutivo que "ponga cordura a una empresa que ha perdido el norte" y que se salta "todos los protocolos de actuación existentes", por lo que ha anunciado que la ONG estará "muy pendiente de esta situación gravísima". A su juicio, esto es una huida hacia adelante y cree que es un "órdago de la empresa" al Gobierno.

Asimismo, ha acusado a Nuclenor de jugar con la seguridad de los ciudadanos y con el posible impacto que la planta atómica pueda ocasionar en el medio ambiente. En todo caso, ha confiado en que los técnicos del organismo regulador se van a tomar este expediente "muy en serio" y con nada de frivolidad para que puedan poner "cordura a esta situación fuera de control".

Respecto a los plazos, cree que debido a que el CSN es un organismo técnico muy exigente y estricto, el informe que deberán hacer no será cuestión ni de uno ni de tres meses. "Esto es muy serio y grave. Estamos hablando de hacer propuestas sin ningún tipo de fundamento sobre la central más vieja de este país. Con la energía nuclear no se puede jugar y frivolizar. Va siendo la hora de que el gobierno acabe con este vodevil", ha apostillado.