La cibercriminalidad es la modalidad delictiva que más ha crecido en los últimos años en todo el mundo. También en la provincial, donde en el último lustro las estafas bancarias se han multiplicado por diez sin que, reconocen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se hayan encontrado de momento las armas suficientes para poder combatirla a nivel policial. Eso sí, cuando se logra esclarecer un delito y llevar al responsable ante los tribunales, las penas conllevan prisión. Es lo que ocurrió con un hombre que 'hackeó' la cuenta a una burgalesa para hacerse con las claves y apropiarse de 499 euros.
Estos hechos se remontan, según una sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Burgos, ratificada por la Audiencia Provincial, el 26 de enero de 2022. El ahora condenado, con el ánimo de enriquecerse, envió un mensaje al teléfono móvil de la víctima en el que simulaba ser su entidad bancaria, Laboral Kutxa. El mensaje avisaba de un acceso no autorizado a su número de cuenta.
En dicho mensaje, el infractor incluyó un enlace en el que se solicitaban los datos de banca online para poder subsanar la supuesta entrada fraudulenta a su cuenta. La víctima mordió el anzuelo. Así, creyendo que alguien efectivamente había accedido a su información bancaria y movida por el ánimo de impedirlo cuanto antes, introdujo en la página web que le habían enviado su DNI y las claves de operaciones. Pero en realidad lo que había hecho sin saberlo era dejar al descubierto el nombre de usuario y la contraseña.
El condenado pudo acceder a la cuenta de la mujer y realizar una transferencia de 499 euros a otra entidad bancaria de la que era titular usando la herramienta Bizum. Por suerte, la mujer recuperó el dinero gracias a que la entidad se lo devolvió una vez puso la denuncia en la Comisaría.
El acusado, que ni siquiera compareció en sede judicial en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 2, alegó a través de su abogado que en ningún momento quiso estafar ni apropiarse del dinero de la víctima a través de un engaño informático. Al respecto, aseguró que «se dio cuenta de que había recibido un dinero en su cuenta corriente y que como nadie lo reclamó se lo quedó, dada su precaria situación económica». Sin embargo, este argumento no convenció a ninguno de los dos tribunales.
Así pues, un primer fallo le condenó a dos años de prisión por un delito de estafa, pena que la Audiencia Provincial de Burgos ratificó tras desestimar el recurso presentado por su defensa, que entendía que había existido un error en la valoración de la prueba y se vulneraba el principio de presunción de inocencia.
Contra este segundo pronunciamiento cabe la posibilidad de presentar un recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Se le imponen también las costas procesales.