De experiencia y aventura

B.G.R.
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Los comerciantes en activo ven más complejo el momento actual para emprender o cambiar de ubicación que cuando ellos lo hicieron. La excepción, Adrián y su nueva tienda de ropa

María Virto, Meritxell Mérida, Saray Díez y Adrián Martínez. - Foto: Alberto Rodrigo

Las opiniones coinciden a pie de calle entre aquellos comerciantes en activo que abrieron hace años o que aprovecharon la pandemia para mudarse y así ampliar sus negocios. El momento económico actual resulta desfavorable para el emprendimiento; siguen subiendo los precios, los bolsillos del consumidor se resienten y el freno del consumo se traslada a las cajas. Las percepciones varían respecto a la valoración del arranque de la temporada, aunque en todos los casos ponen sus esperanzas en la llegada del buen tiempo.

Saray Díez, de Maîson 44, fue una de las primeras empresarias que cambió de local a uno más espacioso en la calle Almirante Bonifaz. «Me ha compensado», subraya, aunque reconoce que la situación no es la misma que la de aquella primavera de 2021. «Los materiales para realizar una reforma han subido mucho desde que yo lo hice», remarca, reconociendo en este sentido que «si antes ya era difícil, ahora lo es mucho más». 

Díez se muestra contenta con el inicio de la campaña, aunque siempre desde la prudencia, mientras que María Virto, de Kana Chic, es algo más pesimista después de un invierno «malo» en el que las ventas se han mantenido frenadas incluso durante las rebajas. Confía, eso sí, en que la llegada del verano reactive el consumo, y su impresión respecto al movimiento comercial pasa por que «siguen produciéndose cierres». «Hay una especie de inseguridad, de no sé qué va a pasar, que no es propicia para el emprendimiento», sostiene. 

A las rebajas también se refiere Meritxell Mérida, de la tienda Chloe 4burgos, quien considera que la desregularización de estos periodos está perjudicando seriamente al pequeño comercio porque las campañas se «quedan muy cortas». En su caso, además, echa de menos la presencia de la hostelería en la calle La Moneda al valorar que esta incrementaría el «necesario» trasiego de personas en esta vía.

Frente a los comercios con más experiencia, Adrián Martínez abrió el 1 de mayo en La Paloma Rassell shop, local especializado en ropa joven vintage y zapatillas de ediciones limitadas. Lo hizo porque encontró un nicho de mercado; el de «traer a Burgos lo que sí que hay en otras ciudades». Este emprendedor de 20 años cuenta con otra tienda en Madrid y, por el momento, el estreno en su ciudad natal están resultando muy positivo.