En agosto de 2022 se derrumbó una parte del talud de la calle Murallas, lo que hizo saltar las alarmas en el Ayuntamiento de Burgos. Por suerte, el desprendimiento, aunque aparatoso, no causó daños personales ni afectó a las viviendas próximas, pero obligó a adoptar medidas urgentes y la calle quedó cerrada.
A día de hoy una valla con una cinta colocada por la Policía Local sigue vetando al tráfico el paso por esta vía y la situación seguirá así hasta que la Concejalía de Urbanismo apruebe el plan director de la muralla, en el que se proponen las actuaciones a llevar a cabo en todos los tramos. Los redactores del mismo hace meses que entregaron la tercera fase, que incluye las propuestas de intervención en función de su urgencia por el estado de los lienzos. Ahora el documento está siendo revisado por los técnicos del área de Urbanismo para comprobar que todo está correcto o proponer rectificaciones, lo que todavía llevará un tiempo. «Es mejor esperar al documento antes de iniciar cualquier intervención», indicó el concejal del área, Juan Manuel Manso.
Cualquier actuación que se lleve a cabo deberá incluir excavaciones arqueológicas. Cabe recordar que tras el desprendimiento se limpió parte del talud, aunque previamente los arqueólogos sacaron a la luz 3.421 trozos de piezas cerámicas y 40 elementos metálicos como adornos, monedas.
La segunda fase del plan director, elaborada por Álvarez y Mateo Arquitectos, recomienda tres niveles de actuación: prioritario (en 5 años), prioridad media (8 años) y prioridad baja (12). Los prioritarios son aquellos en los que el lienzo o el elemento que se encuentra encima presentan un estado de deterioro importante en relación con su valor histórico o artístico. Son: la puerta de San Martín, el lienzo y torre junto a la iglesia de San Gil, el lienzo y torre frente a Capitanía (donde se colocó un cenador), el lienzo y torre que contiene un arco tabicado en San Lesmes, dos lienzos y una torre del paseo de los Cubos y la calle Murallas.
El objetivo es que los trabajos de rehabilitación se puedan programar con antelación y no actuar en función de las circunstancias como ocurrió en el mandato pasado con el tramo junto al Arco de San Martín o la calle Las Murallas.