Desde el principio su lesión no pintó bien. «Creo que se ha roto el cruzado», le comentó el Dr. Antonio Rodríguez a Pablo Busto, fisioterapeuta que también saltó al césped del Carlos Belmonte en ese fatídico minuto 37 de partido entre el Albacete y el Burgos CF correspondiente a la segunda jornada de Liga.
El calor apretaba un 20 de agosto en tierras manchegas y cuando el descanso se acercaba, Andy, en una acción defensiva, disputó un balón aéreo junto a Boyomo. «En el momento que caigo noto el crujido y pienso que es algo grave. Pero entran a atenderme y se me va pasando. Seguí jugando, saqué un córner, tapé un tiro a Maikel Mesa y pensé que la rodilla respondía.Sin embargo, cuando iba camino del vestuario noté que la articulación no estaba estable y que mi forma de andar no era normal», recuerda el futbolista.
Los servicios médicos blanquinegros le atienden con mayor calma en el descanso. Le hacen la maniobra del cajón -se trata de una serie de movimientos que detectan si existe una lesión en el ligamento cruzado en la rodilla-, que da positiva, y comprueban que la articulación ha perdido la estabilidad.
Las primeras impresiones no son buenas y se lo comunican al jugador de inmediato para que esté prevenido y vaya asumiendo la situación. A la vez, tratan de animarle y le informan de que deberá realizarse una resonancia magnética cuando llegue a Burgos para que le puedan dar un diagnóstico definitivo.
«Uno ya se va haciendo a la idea porque el doctor casi te lo asegura y al día siguiente la rodilla estaba inflamada, no la podía estirar completamente y entendí que era algo grave», comenta Andy.
El aspecto de su articulación el domingo 21 de agosto reforzó los temores médicos y fue otra prueba de que la articulación del granadino está seriamente dañada. «Observamos que estaba inflamada y que además tenía un derrame, lo que quiere decir que existía una rotura interior. Todo apuntaba a una lesión de ligamento cruzado», señala Busto.
La resonancia realizada en el inicio de la siguiente semana corrobora las sospechas del cuerpo médico, por lo que tienen que comenzar a tomar decisiones, ya que cuanto antes se opere antes iniciará el largo periodo de recuperación. Existen varios métodos para solucionar una rotura de ligamento cruzado anterior. Andy Rodríguez lo habló con los servicios médicos y decidió que fuera por la técnica denominada HTH, en la que se utilizan fibras del tendón rotuliano.
Otra de las elecciones era la del traumatólogo que le realizaría la operación y el futbolista, siempre aconsejado por los profesionales sanitarios del club, optó porque desplazarse hasta el hospital Quirón Salud de Barcelona para ponerse en manos del Dr. Ramón Cugat.
Los cuidados hasta el viernes 26 de agosto que pasó por el quirófano tenían el único objetivo de que Andy no tuviera molestias y que la zona estuviera lo menos inflamada posible.
Es también cuando comenzó con esa preparación mental, no para afrontar la intervención, sino el largo periodo de tiempo que supone recuperarse de una rotura de ligamento cruzado anterior (...).
(Primera parte completa del reportaje, en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)