Víctor Manuel lleva tantos años con un micrófono en la mano que en cada familia puede pasar por un pariente, más o menos cercano o lejano, según la afición. El abuelo Vitor, Asturias, Solo pienso en ti, La Puerta de Alcalá, Matador, A dónde irán los besos, Soy un corazón tendido al sol, Nada nuevo bajo el sol... Con sus éxitos se puede escribir la historia de muchas vidas. Y es que una entera lleva el artista asturiano sobre los escenarios. En el llamado Céntrico, en la plaza de Santa Teresa, celebrará la vida y la música esta noche (21.30 h., acceso gratuito) en la recta final de las fiestas mayores de la ciudad.
A orillas del Arlanzón regresa Víctor Manuel y lo hace como ese viejo conocido que es para el público burgalés. Se pierde la cuenta de las veces que ha pasado por aquí. La última, hace solo dos años, en el festival orquestado en los jardines del Palacio de la Isla para suplir la carencia de unos Sampedros oficiales por culpa de la pandemia. Repasó entonces las canciones de su vida. Unos temas que después enlató y el pasado mes de noviembre publicó en un recopilatorio. Incluyó en ese disco las creaciones que forman parte de la banda sonora de varias generaciones, que las podrían cantar sin comerse una estrofa, y las que han pasado más desapercibidas a lo largo de su trayectoria y a las que deseaba dar una oportunidad.
Para este trabajo, con el que también sopla las velas de sus 75 años, se rodeó de una veintena de amigos, artistas de distintos perfiles con los que comparte este momento cumbre en su carrera. Desde Ana Belén, su compañera de vida y de tablas en múltiples ocasiones, a sus coetáneos Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés o Joaquín Sabina, sin dejar de lado a los colegas de generaciones más jóvenes. He ahí los nombres de Dani Martín, Rozalén, Amaral, Andrés Suárez, Jorge Drexler, Iván Ferreiro, Love of Lesbian o Sidonie.
Después de la locura desatada por La M.O.D.A., el buen rollo de Curtis Harding o el baile de apellidos de Ana Mena a Ana Guerra, esta noche toca dejarse llevar por un artista al que sus seguidores han visto despegar y crecer hasta lo más alto, por la música de un clásico que invita a bailar con paso lento.