El Plantío cumplió el pasado viernes 60 años. Muchos han sido los jugadores que han pisado el estadio blanquinegro a lo largo de su historia. Uno de los primeros fue José Luis Ferreiro, un extremo izquierdo gallego que formó parte de aquel Burgos que se enfrentó al Indauchu en la inauguración del estadio burgalés el 13 de septiembre de 1964. Formaba parte de un conjunto en el que Antonio Solana era el guardameta y Román Galarraga el entrenador.
Ferreiro, que tiene ahora 86 años, se sigue acordando de aquella fecha, de los dos goles que marcaron Pita y Matute en la portería del Fondo Sur y de aquellos dichosos tepes que pusieron de forma apresurada y que se levantaban durante el partido.
El delantero, que llegó a la capital burgalesa procedente del Pontevedra, es historia viva del burgalesismo. En los años 60 conoció a su mujer y a partir de ahí se asentó en Burgos.
Ferreiro, Tamayo, Lucio y David González evocan con Diario de Burgos sus emociones vistiendo la camiseta del Burgos CF en el 60 cumpleaños del estadio El Plantío. - Foto: Alberto RodrigoEs el primero en llegar a la cita y aguarda paciente en el interior de la BCF Tienda. Llega Pedro Luis Tamayo y enseguida conectan. Surgen las historias, las preguntas y el repaso a los tiempos pasados en los que ellos eran los protagonistas sobre el césped de El Plantío.
Pocos minutos después se une Lucio Arnaiz, el gran capitán blanquinegro de los 90 y 2.000. Se interesa por Ferreiro y por la fotografía que sostiene de la inauguración de El Plantío allá por 1.964. «Me acuerdo de aquel día, de toda la gente que había. Fue un partido muy bonito», indica el representante de aquella primera generación de futbolistas que jugó a orillas del Arlanzón.
David González es el último en incorporarse al grupo. Viene de entrenar en Castañares y ha estado preparando junto a sus compañeros el partido del sábado en Riazor. Los otros tres protagonistas le acogen con alegría. Lucio le conoce personalmente, mientras que los otros dos ex blanquinegros saben perfectamente quién es. Ferreiro le muestra aquella primera alineación que inauguró el estadio que ahora es su casa. Entre ambos hay 64 años de diferencia. El fútbol ya no es lo mismo y los campos tampoco.
Sobre el césped de El Plantío los tres veteranos hablan de «alfombra» y de las diferencias con respecto al terreno de juego en el que ellos jugaban. «Me acuerdo de la imagen de Tito Valdés lavándose las manos en un charco. Por fortuna eso ha cambiado para bien», sostiene Tamayo.
Lucio reconoce que pasa envidia cada vez que pisa el césped. «Para mí siempre es especial. Te entran ganas de jugar. Parece césped artificial, una moqueta», admite.
Orgullo. Los cuatro se sienten orgullosos de haber jugado en El Plantío vistiendo la camiseta blanquinegra. Destacan el gran apoyo que tiene en estos momentos el equipo por parte de la afición. La mejor época le ha tocado vivirla a David González, con un campo impoluto y las gradas llenas partido tras partido. Tamayo señala que la del Burgos siempre ha sido «una buena afición, aunque quizás menos numerosa que ahora». «En mi época teníamos apoyo, pero ahora, por suerte, la gente está algo más enganchada. Los incondicionales estaban siempre sucediera lo que sucediera», apunta Lucio.
Ferreiro se acuerda de aquella hierba descarnada, de aquel color marrón que tenía el campo cada invierno y de que en su etapa no había fondos. «El nuestro era de los peores terrenos de juego por la climatología que había hace 60 años, pero era lo que había. Todo era diferente, hasta los balones», responde.
David González destaca el plus que supone ser burgalés y vivir en primera persona el momento dulce que está viviendo el fútbol en la ciudad. «Mis recuerdos son de hace 10 o 12 años. He venido de recogepelotas y he saltado al campo en un ascenso a Segunda B. Ver cómo ha evolucionado y cómo está ahora El Plantío es muy gratificante. No me quiero imaginar como era esto hace 50 años. Es un gusto ver cómo el club y el estadio han crecido. Siendo de casa todo esto sabe mucho mejor. Siendo de fuera lo agradecen y lo notan, pero si eres de aquí te da más felicidad aún. Verte dentro del campo es una pasada», expone el futbolista.
Una vez contestadas las preguntas de rigor, la tertulia sigue entre los protagonistas. Los más entusiastas son Ferreiro y Tamayo, aunque tanto Lucio como David González aportan su granito de arena. Se trata de una reunión especial en la que hay muchos años de burgalesismo. De alegrías y lágrimas, de épicas victorias y dolorosas derrotas, pero sobre todo de un sentimiento que en estos momentos se encuentra en plena ebullición y que a todos les alegra. Quieren disfrutar de las vacas gordas y los tres ex jugadores animan al más joven a seguir trabajando, a mantener el listón alto y a que el equipo siga manteniendo esa unión mágica con el estadio y con sus aficionados.
David González forma parte de la actual plantilla del Burgos CF
Esta temporada es una de las caras nuevas. Se formó en las categorías inferiores del club blanquinegro, posteriormente pasó por el Numancia hasta que lo fichó el Real Madrid. Es una de las apuestas.
Lucio Arnaiz jugó en la década de los 90 y 2.000
Es uno de los históricos de la entidad blanquinegra. Vivió el ascenso en la 00-01 y el posterior descenso administrativo. La mayor parte de los partidos como blanquinegro los disputó en Segunda División B.
Pedro Luis Tamayo jugó en la década de los 80 y los 90
El bravo defensa burgalés estuvo en dos etapas distintas en el Burgos. Debutó con 19 años con el primer equipo en la 81-82 y posteriormente logró el ascenso a Segunda B en la 96-97.
José Luis Ferreiro jugó en la década de los 60, incluido el partido inaugural
Delantero gallego que fichó por el Burgos procedente del Pontevedra. Vistió la camiseta blanquinegra las campañas 63-64 y 64-65 y logró ocho goles.