El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) proyecta cambiar más de 300.000 traviesas de 3 líneas convencionales de tren dependientes de la Jefatura de Burgos, 285.000 de ellas en territorio provincial, y 153 kilómetros de carril (riel), que por su antigüedad generan problemas y obligan a nivelar las vías con mayor frecuencia de la habitual. A priori, se trataría de una inversión ordinaria de mantenimiento delMinisterio, de no ser porque entre los 8 tramos elegidos están dos del Directo, la primera actuación en positivo en muchos años desde Aranda de Duero hacia Madrid, donde la circulación de trenes no solo está interrumpida, sino que es técnicamente imposible tras el sellado en 2018 del túnel de Robregordo, con la máquina que quedó atrapada por el desprendimiento de 2010 dentro.
La actuación -de momento es solo el encargo de los respectivos proyectos constructivos- afectaría a dos subtramos en la Ribera delDuero, desde el límite provincial con Segovia, concretamente desde el punto kilométrico 164/600 hasta la estación El Montecillo de Aranda de Duero y de ahí a la bifurcación de la capital ribereña. «Únicamente se considera la sustitución de las traviesas RS ya que el carril instalado es mas moderno y no ha llegado al fin de su vida útil», apunta el documento al que ha tenido acceso este periódico, que prevé la sustitución de unas 171.752 traviesas.
La última gran inversión en la línea 102 se comenzó a ejecutar en 2009 y concluyó incluso después de que el ministro socialista José Blanco anunciara el cierre, en junio de 2010. De los trabajos de modernización y mejora se encargó Vías yConstrucciones S.A., que recibió más de 5 millones de euros pagados en 3 anualidades (1,4 en 2009, 2,11 en 2010 y 1,84 en 2011).
En ese año, 2010, descarriló un Talgo en Aranda que le costó al Adif 455.260 euros, según la documentación remitida por el Gobierno a la diputada socialistaEsther Peña. Desde entonces y hasta hoy, la actuación en positivo se limita a una reparación de infraestructura en el tramo Aranda-Burgos, el único de la línea que está operativo, adjudicada a Comsa por 775.230 euros.
«La sustitución de traviesas es una operación habitual en mantenimiento de la Red Ferroviaria», remarca el Administrador en el pliego. Puede ser así en otras líneas, pero no en la delDirecto. Ni siquiera las más simples en el tramo de vía por el que sí circulan mercancías, entre Aranda y Burgos. En agosto de 2018, descarriló el conocido como tren bobinero. Ocho vagones quedaban volcados al salirse de los raíles que se encontraban literalmente en el aire por falta de mantenimiento y las 36 bobinas de acero para la empresa Tubos Aranda tuvieron que viajar por carretera.
A LA ESPERA DEL AVE.
Las otras dos líneas incluidas son la Madrid-Hendaya y la Casetas-Bilbao-Abando.Esta última depende de la Jefatura de Burgos, si bien no afecta a la provincia (los dos subtramos están en La Rioja: Fuenmayor-San Asensio y Briones-San Felices, ya cerca de Miranda de Ebro).
En lo que se refiere a la primera, que discurre por Ávila y Valladolid en vez de trazar la línea recta por Burgos, las zonas a actuar se distribuyen tanto al oeste de la capital, como al norte, línea que urge inversiones dado el enorme retraso que acumula el proyecto de AVE.
Por un lado se actúa desde Briviesca hasta Manzanos, localidad ya en territorio alavés, y por otra entre Quintana delPuente (Palencia) y Quintanilleja, donde empieza técnicamente la variante ferroviaria de Burgos (popularmente conocida como el desvío) y en paralelo a la nueva vía de alta velocidad. En esta zona se produjo un descarrilamiento entre Villaquirán de los Infantes y Estépar a principios de año y en julio, el Consejo de Ministros acordó la declaración de emergencia de las obras para la reducción de riesgos de rotura de carril. En total, 1,12 millones.
«En el global de este proyecto se estima la sustitución de unas 113.872 traviesas. Además se prevé la sustitución del carril en todos los tramos en lo que se sustituyan las traviesas. El carril en estos subtramos tiene entre 60 y 50 años de antigüedad» y también se cambiará a lo largo de 135.900 metros de la línea Madrid-Hendaya.
Solo la redacción del proyecto para cambiar más de 500.000 traviesas por otras monobloque más modernas, que incluye otros 5 tramos en Valladolid y elPaís Vasco, costará unos 434.000 euros, con un plazo de ejecución de 10 meses. «En la actualidad, siguen existiendo zonas en las que el armamento de la vía son traviesas RS, que debido a su antigüedad, presentan un arqueo en la longitud de la riostra, redondeo de su cara inferior e inutilidad de los alojamientos de las sujeciones, etc, lo que provoca que las nivelaciones con maquinaria pesada no perduren en el tiempo», explica el Adif en el pliego. El objetivo es «adoptar una solución que reduzca las operaciones de mantenimiento a realizar y que permita mantener la geometría de la vía en las mejores condiciones», apostilla.