Las mujeres empujan el crecimiento de los testamentos vitales

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Burgos registró el año pasado el mayor número de testamentos vitales del último lustro. El documento recoge las decisiones que una persona quiere que se adopten sobre sus cuidados cuando por enfermedad ya no pueda tomarlas por sí misma

Las mujeres empujan el crecimiento de los testamentos vitales

Después de varios años de un cierto colapso provocado por la falta de personal en la Gerencia de Salud de Área, que es donde mayoritariamente se gestiona, y por la paralización generalizada vinculada al confinamiento por la crisis sanitaria, en 2023 se recuperaron e incluso se superaron en cifras de prepandemia los testamentos vitales o instrucciones previas registradas en la provincia de Burgos. En total se contabilizaron 458, un 58% más que el año anterior, y mayoritariamente fueron realizadas por mujeres, un elemento que se repite desde que existe esta posibilidad de dejar por escrito qué se desea que ocurra con sus cuidados, tratamientos médicos o destino del cuerpo y de los órganos cuando una persona ya no pueda decidir por sí misma. En el acumulado de estos quince años -se comenzó a registrar en 2008- de los 3.511 otorgantes de este documento en la provincia, casi el 65% fueron mujeres, 1.251 frente a 2.260.

Según datos de la Consejería de Sanidad, Burgos es la provincia que más documentos tiene registrados por cada 1.000 habitantes mayores de edad de toda la comunidad autónoma, seguida por Valladolid y Salamanca. De las tres formas que existen de formalizar el testamento vital, la más frecuente es ante el personal de la Administración (en el caso de Burgos, en la Gerencia de Salud de Área, como se ha dicho), por la que optaron en 2023 338 personas; ante notario lo hicieron 68, y ante testigos, 52. La edad media que tenían en el momento de hacerlo fueron 60 años, que es similar en el conjunto de la comunidad autónoma.

Un documento de instrucciones previas o testamento vital debe contener, como mínimo, indicaciones sobre los cuidados y los tratamientos médicos que se aceptarían o rechazarían si se estuviera en determinadas situaciones clínicas, en general con un pronóstico irreversible y que evolucionarán hacia la muerte en un periodo más o menos cercano, además de instrucciones sobre el destino del cuerpo o de los órganos una vez llegado el fallecimiento. 

En el modelo que puede encontrase en la web de la Junta se ofrece la posibilidad de marcar casillas con las siguientes opciones: que no se dilate la vida por medios artificiales tales como técnicas de soporte vital, fluidos intravenosos, fármacos o alimentación artificial; que se suministren los fármacos necesarios para paliar al máximo el malestar, sufrimiento psíquico y dolor físico causados por la enfermedad o por falta de fluidos o alimentación, aún en el caso de que puedan acortar la agonía, o que se apliquen las medidas médicamente apropiadas para prolongar la vida, independientemente del estado físico o mental. 

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