La Consejería de Sanidad confía en que no haya marcha atrás y las obras del centro de salud del Silo arranquen a finales de abril. La unión temporal de empresas (UTE) integrada por Inexo (Valladolid) y Copsesa (Cantabria) firmó el miércoles el contrato después de que no se haya producido ninguna alegación a la adjudicación y haya entregado toda la documentación requerida, según confirmó el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez.
No obstante, Vázquez cruza los dedos para que nada se tuerza y el edificio puedan estar concluido en abril de 2025 aunque después de los precedentes que existen toca ser prudente. Han sido mucho sinsabores los que ha tenido con esta obra y ahora confía en que todo se desarrolle sin sobresaltos para que los usuarios del centro de salud Federico García Lorca y los profesionales sanitarios puedan contar con unas instalaciones dignas. «El contrato está firmado y comienzan a contar los plazos. Las empresas tienen un mes para preparar la obra e iniciarla antes del 27 de abril», apuntó.
Cuando la obra avance, se tendrá que convocar otro concurso para el equipamiento, de modo que previsiblemente hasta comienzos de 2026 no se pasarían allí las nuevas consultas. La UTE adjudicataria se ha comprometido a realizar los trabajos por un importe de 5.977.000 euros, 247.158 euros menos que el presupuesto base de licitación (6.224.158 euros). La Junta cuenta con una partida de 3,6 millones en sus presupuestos de este año y con otra de 3,3 para 2025 para concluir esta dotación.
El edificio tendrá una superficie útil de 2.300 metros. Dispondrá de doce consultas de medicina de familia y otras tantas de enfermería, así como dos para pediatría con sus consultas específicas para enfermería pediátrica. A ellas se sumará una zona de atención a la mujer, otra de rehabilitación y fisioterapia, así como las destinadas a extracciones y administración.
La primera adjudicación se hizo en 2019 a Vialterra, pero unilateralmente paró la obra y exigió más dinero. La Junta rescindió el contrato y convocó un segundo concurso en 2022 que se lo llevó CHR, una empresa que luego compró Urbas, y también dejó los trabajos. Entre ambas han ejecutado un 30% del edificio y ahora se deberá completar el 70% restante.
Los titulares unas 18.000 cartillas sanitarias de Capiscol, G-9, La Ventilla o Villafría, que llevan reivindicando esta dotación desde hace dos décadas, esperan que esta vez sea la buena y puedan ver culminada la necesaria dotación sanitaria y evitar así tener que pasar algunas consulta en casetas prefabricadas.