Desde la pringosa elección del décimo de Lotería de Rupertito en La fiebre del día, de Luis Taboada, al simbólico hallazgo del nacimiento de Cristo, con presencia de los Reyes Magos, que traza José Jiménez Lozano en El resplandor de un lienzo pasando por la dramática y luminosa Nochebuena de unos soldados que combaten en Filipinas en Página suelta, de Pardo Bazán, o la irónica oferta que brinda Azorín en La noche vieja. Francisco José Gómez arrebata a Dickens la aparente exclusividad de su Cuento de Navidad y rescata a un buen número de literatos españoles de los siglos XIX y XX que atesoran en su obra relatos propios de estas fechas, referentes a tradiciones típicas y únicas de nuestro país, con distintos enfoques y tonos, en El día de Reyes y otros cuentos de Navidad (Ed. Encuentro). El historiador burgalés contextualiza cada una de las cuatro partes (Loterías, banquetes y aguinaldos; Nochebuena y Navidad; Nochevieja y Año Nuevo; y Los Magos de Oriente, buscadores del Absoluto) y las cierra con un retablillo poético con también autores de renombre (Lope de Vega, Miguel Hernández, Luis Rosales, Gloria Fuertes, Unamuno...).
«He visto estos años con mucha pena que solo conocíamos el Cuento de Navidad de Dickens, que es una gran historia, y desconocíamos por completo nuestros propios cuentos y autores navideños, que son grandes escritores como Pardo Bazán, Wenceslao Fernández Flórez, Echegaray o Galdós», introduce Gómez. «Me producía mucha tristeza ver cómo se perdía nuestra propia cultura y a cambio veíamos películas malísimas en las que la Navidad es magia y no es así; la Navidad es una fiesta con unas tradiciones más profundas, humanas y espirituales, se sea o no creyente», agrega el historiador que se propuso virar esta realidad y se embarcó en una aventura larga, mucho, pero bonita.
Buscó en antologías, brujuleó en hemerotecas, rastreó revistas como Blanco y Negro, La ilustración española y americana o El museo universal, que encargaban a las grandes plumas de la época textos temáticos. Y encontró. Y uno le llevó a otro. Y hasta se topó con alguna sorpresa.
Reunió estos relatos, muy lejos de la idílica y happy flower Navidad que se vende ahora. «Son cuentos con mucha carga dramática porque la vida era dura. Aparecen familias rotas, gente muy enferma, que muere, pero también la esperanza cristiana, la caridad con el que más lo necesita, las bromas típicas de estas fechas, nuestra mirada irónica de la vida...», desarrolla. «Nos hablan de quiénes somos nosotros y nos podemos reconocer en ellos, mientras que hoy día nos ofrecen algo melifluo y pastelón -¡con algunas películas te sube el azúcar!-, cargado de tradiciones anglosajonas. Eso hay que combatirlo», concluye Gómez, autor igualmente de Breve historia de la Navidad (2013), un recorrido desde el siglo I hasta nuestros días, del que acaba de sacar una segunda edición a color, revisada y ampliada, con entradas sobre arte, literatura y música, incluida la curiosa historia de mecenazgo de los Astudillo, comerciantes burgaleses.