El que no corre vuela, y en el pelotón de los más rápidos no estará Burgos. El tren de alta velocidad tampoco llegará a la capital burgalesa en 2021, según le confirmó este jueves el Ministerio de Transportes al alcalde para sorpresa de toda la ciudad, porque las obras están terminadas y la primera fase de las pruebas superada. Se daba por hecho que la puesta en servicio podría ser cuestión de unas semanas, o quizás de pocos meses, pero nadie podía prever que la implantación del ERTMS, el sistema de seguridad y señalización más avanzado para permitir una velocidad de 300 kilómetros por hora, llevase todo este año.

Con este enésimo retraso, que se suma a los que se vienen acumulando sin solución de continuidad desde hace una década, la burgalesa se quedará todavía más atrás en el pelotón de las provincias españolas que están llegando tarde al AVE. Si el resto de previsiones se cumplen, será adelantada por Murcia, Orense, La Coruña y Pontevedra.

La capital del sureste espera la llegada de la alta velocidad procedente de Alicante, mientras que las tres gallegas, que llevan ya unos años enlazadas entre sí, quedarán conectadas al resto de la red con lo que su infraestructura cobrará pleno sentido, al servir no solo para desplazamientos internos sino también para desplazarse a la meseta central y por tanto al resto del país.

Con la incorporación de las cuatro ciudades citadas habrá ya un total de 28 capitales con alta velocidad. Se supera el 50% y tristemente Burgos seguirá en la mitad ‘pobre’ del desarrollo ferroviario español.

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