Los pacientes y sanitarios del centro de salud Federico García Lorca tendrán que seguir usando las casetas, o módulos asistenciales, en su formulación políticamente correcta, al menos otros tres meses más. La Gerencia de Atención Primaria ha decidido renovar el contrato con la empresa que las suministra por ese periodo de tiempo mientras «trabaja en la valoración de otras alternativas», según indicaron fuentes de este órgano de gestión sanitaria.
La renovación por un periodo de tres meses en lugar de seis que hasta ahora era lo habitual hace prever que se baraja la posibilidad de buscar una salida a esta situación, dada la mala imagen que se está dando al tener que pasar consultas en estos módulos por falta de espacio. Tres años en esta situación pesan mucho tanto para usuarios como para el personal médico y de enfermería y, al menos, quedaría otro año y medio para que el nuevo centro de salud del Silo sea una realidad, contando que todo salga bien y no haya nuevos parones.
Desde Atención Primaria no han avanzado qué alternativas se están valorando, dado que los espacios en el centro de salud Federico García Lorca no dan más de sí. Cabe recordar que estas instalaciones sanitarias se construyeron en los años ochenta en los bajos de un bloque de viviendas, de modo que la única salida sería reubicar alguna de las consultas en otro emplazamiento. Ya se planteó en su día la posibilidad de trasladar Pediatría al centro de salud Las Torres, pero nunca se materializó.
La falta de espacio en el consultorio obligó a la instalación de cuatro casetas en el exterior del edificio en el verano de 2021 confiando en que el nuevo centro de salud del Silo fuera una realidad, pero nada más lejos por la espantada que han dado las empresas adjudicatarias.
Los usuarios esperan a ser atendidos en el interior del centro de salud y el médico debe salir a la calle para llamarlos. En verano ni tan mal, pero ahora que entramos en el otoño y luego en el invierno hay que atravesar unos metros sin ningún tipo de techo protector cuando llueve o nieva.
Los módulos tienen climatización y están perfectamente equipados, pero están a pie de calle, no tienen cerrojo y cualquier persona puede entrar. Además, desde el exterior se puede escuchar perfectamente la conversación entre el médico y el paciente mientras se espera el turno para ser atendido. Cabe recordar que en uno de ellos se llevaban a cabo citologías, lo que provocó las quejas de las usuarias.
Humedades y desperfectos. El paso del tiempo ha hecho mella en las casetas, además de grafitis presentan desconchones y algunos desperfectos y también pueden verse algunas humedades al estar asentadas sobre un jardín, de hecho algunos usuarios aseguran que en el interior huele a humedad. Las placas que se han instalado en el suelo que rodea los barracones se han ido oxidando y se observan algunos desperfectos en la rampa y en los cables de sujeción.
Con el objetivo de repartir los barracones, los médicos con los que cuenta el centro de salud se van rotando. Las personas de mayor edad son las que más problemas tienen, dado que en algunas ocasiones se sientan en su consulta bien médica o de enfermería y no se dan cuenta del cartel que avisa que ese día se presta en uno de los barracones. En el interior del centro de salud la situación no es mucho mejor, dado que médicos y enfermeras deben compartir consultas. Los profesionales también se han quejado de la indefensión que tienen en el interior de las casetas en el caso de producirse algún incidente con los pacientes al estar aislados del edificio.
Mientras la construcción del nuevo centro de salud avanza, tras la nueva adjudicación a una unión temporal de empresas y deberá estar concluida en mayo de 2025, pero luego habrá que instalar el equipamiento y el mobiliario.