Más allá de la conciencia medioambiental que aboga por la búsqueda de la reducción de emisiones a la atmósfera, el uso del coche compartido en los viajes que tienen Aranda como origen o destino se ha confirmado como la alternativa para viajar. Los que optan por esta forma de movilidad sostenible reconocen que se han visto obligados a utilizar este tipo de transporte ante las carencias de los medios públicos, al no tener servicio ferroviario en la comarca para pasajeros y con unas líneas de autobús escasas y con horarios incompatibles con las necesidades de los potenciales usuarios.
Un panorama que hace que Aranda sea el segundo municipio de la provincia, por detrás de la capital, con más actividad en la plataforma más utilizada para concretar estos viajes compartidos. A lo largo del primer trimestre, la aplicación BlaBlaCar ha registrado más de 7.000 viajes con origen en Aranda, lo que supone algo más 77 al día, sobre todo en jornadas laborables, reduciéndose mucho los fines de semana. A estos trayectos hay que sumar aquellos que se organizan directamente entre particulares o las 'ruedas de coche' que manejan compañeros de trabajo de algunos centros educativos de la capital ribereña o grandes empresas implantadas aquí.
Este dato es un 6% más que en los tres primeros meses de 2023, un año que acabó con un incremento del 15% en la actividad de viajes concretados a través de BlaBlaCar, lo que marca una tendencia al alza del uso del coche compartido para facilitar la movilidad desde Aranda. Según los datos que maneja esta plataforma, la distancia media de los trayectos realizados en los últimos años es de 160 kilómetros, con destinos más frecuentes en Burgos, Valladolid, Palencia y Salamanca, y el precio medio ronda los 9,5 euros.
Sara Alonso, profesora del centro de educación de adultos Conde de Aranda. - Foto: I.M.L.Para cubrir carencias. Las deficiencias de la oferta de transporte público en la capital ribereña son las principales responsables de que esta modalidad de viaje sea cada vez más habitual, tanto para los que se desplazan a diario como para aquellos que tienen que hacer alguno de los trayectos de forma puntual. Así lo constatan los conductores que ofrecen su vehículo para estos viajes, como es el caso de Samuel, que lleva casi un año compartiendo coche con todo tipo de viajeros. «Mis desplazamientos son bastante constantes, desde siempre, y debido a que el transporte público que tenemos entre Burgos y Aranda es el que es, la gente busca alternativas y esta es la más fiable», destaca este profesor que vive en Aranda y viaja todos los días a la capital de la provincia, con unos horarios fijos que facilitan que los usuarios puedan organizarse.
Todo depende del motivo del viaje pero, por regla general, los usuarios de esta modalidad de transporte es tan variado como las necesidades de los que recurren a él. «Yo llevo mucho a gente que tiene que ir al médico, al hospital, gente que tiene que hacer papeleos o cualquier tipo de trámite y trabajadores o estudiantes. Lo bueno que tengo es que mi horario es fijo, sé a qué hora entro y a qué hora salgo», reconoce Samuel.
Otra de las ventajas que tiene el coche compartido es la del ahorro económico que supone, tanto para el conductor como para el viajero. «Yo voy y vengo todos los días y es una manera de ahorrar al compartir viaje», corrobora Samuel. Según la distancia de los viajes, el coste para el usuario varía. A Burgos, la media está en cinco euros, cuando en el autobús casi se duplica. Algo menos sucede en el recorrido a Valladolid, donde el asiento en coche compartido sale por 5,70 euros frente a los 9 del transporte público. El ahorro se incrementa de forma correlativa a la distancia, porque si se quiere ir a Salamanca, en autobús de línea hay que pagar más de 18 euros por el billete y el asiento en coche compartido sale de media a 13 euros.
José Luis Curto González, profesor de guitarra eléctrica en la Escuela Municipal de Música y Danza Antonio Baciero. - Foto: I.M.L.Sara Alonso | Profesora del Centro de Educación de Adultos 'Conde de Aranda'
"El transporte es horrible, el bus hace hasta 16 paradas"
Una de las usuarias habituales de la A-1 entre Burgos y Aranda de Duero es Sara Alonso, que este curso da clases en el Centro de Educación de Adultos de la capital ribereña, a donde viaja de lunes a viernes desde su residencia capitalina. Su primer contacto con el coche compartido fue "hace seis o siete años cuando estudiaba en Santander" y ahora es ella la que se ofrece como conductora. "Al final es compartir los costes, porque viajar casi a diario durante todo el año entre Burgos y Aranda es un dinero, al final todo el mundo lo hace por compartir costes", reconoce.
Por su experiencia desde que comenzó el curso en octubre, los que se suben a su coche para compartir viajes "o bien son de Aranda y trabajan en Burgos o son de Burgos y trabajan en Aranda", aunque en su entorno laboral tiene compañeros que "hacen 'ruedas de coche' porque tienen horarios compatibles, van y vienen en uno, dos o tres coches, se organizan entre ellos".
Karina Molero, administrativa en Bodegas Cantaburros y miembro de los coros Interludio y Coral del Camino. - Foto: I.M.L.Con los que ha compartido viaje, el comentario generalizado es lo que les lleva a utilizar este sistema. "Porque el transporte es horrible por los horarios y porque, aunque hay algunos autobuses que van directos entre Burgos y Aranda, muchos hacen hasta 16 paradas", destaca Sara Alonso, para un trayecto de 84 kilómetros.
José Luis Curto González | Profesor de Guitarra eléctrica en la Escuela Municipal de Música y Danza 'Antonio Baciero'
"Se ahorran tiempo porque voy directo, el bus es pesado"
José Luis Curto es uno de los profesores veteranos de la Escuela Municipal de Música y Danza 'Antonio Baciero' y de los conductores que todos los días laborales hace el recorrido entre Valladolid, donde reside, y Aranda, y vuelta. Hace diez años se animó a probar eso de compartir coche y, desde entonces, el coste del trayecto le resulta menos gravoso.
Acostumbrado como está a hacer estos viajes, no se plantea el trasladarse a vivir a la capital ribereña, "está bien así" asegura. Reconoce que transitar por la N-122 puede ser una tortura, sobre todo en invierno, pero el hecho de hacer esos viajes con compañía los hace algo menos duros. "Suelen ser chavales que estudian en Valladolid, pero también cojo a la gente que trabaja aquí, principalmente en el hospital, enfermeras, médicas...", apunta el perfil de gente que apuesta por el coche compartido para sus desplazamientos.
Más allá del repartir los gastos, o que el viaje les salga más barato a sus acompañantes, Curto reconoce que la comodidad del viaje en coche es lo que prima sobre el transporte público. "El autobús tarda, porque para en muchos sitios, yo voy directo, con lo que se ahorran tiempo, porque al final el autobús es un poco coñazo", explica por los comentarios que ha presenciado en su coche estos años.
Karina Molero | Administrativa de bodegas Cantaburros y miembro de los coros Interludio y Coral del Camino
"Vuelvo de noche y se hace más ameno ir con alguien"
Karina trabaja en Aranda, pero vive en Gumiel de Izán, de donde es natural. Desde 2018 ofrece los asientos libres de su coche para los viajes a Burgos, en esta ocasión por ocio. "Formo parte de dos coros, la Coral del Camino e Interludio, y voy dos días a la semana a ensayar", explica, aunque la opción del coche compartido también la ofrece en sus desplazamientos vacacionales. "Pero también cuando nos vamos de vacaciones, suelo irme con una amiga y, sobre todo a la ida, si pasamos por Valladolid o tal, hacemos paraditas, así nos subvencionamos parte del viaje, además de que hemos conocido a gente muy buena", explica Karina por experiencia.
Por los horarios de tarde en los que ella realiza sus viajes a Burgos, el perfil de acompañantes se suele reducir a estudiantes "o porque no les cuadran los horarios del autobús o que vienen, por ejemplo, de Santander y les llega tarde el autobús para coger el que viene a Aranda".
El tema económico también pesa en su experiencia de coche compartido y en el de sus pasajeros, que suelen ser chicas, además de la compañía. "Yo me vuelvo por la noche y en invierno es más duro; el que vengas con alguien es más ameno y yo sí que he notado que, como soy chica, muchas chavalas optan más por venir conmigo", remarca Karina.