Ni era anglosajona, ni se había perdido. El misterioso aterrizaje de un avión sin motor a última hora de la tarde de ayer, frente a la fábrica que Kronospan tiene a la salida de Salas de los infantes, tiene una explicación de campeonato: el Mundial femenino de vuelo a vela sin motor que se celebra en el aeródromo de la localidad soriana de Garray.

La piloto, de nacionalidad francesa y no anglosajona como creyeron quienes inicialmente acudieron a auxiliarla, al tratar de hacerse entender en inglés, es una de las 48 participantes en esa competición. Ayer protagonizó un aterrizaje forzoso, lo que técnicamente se denomina 'toma fuera', motivado presuntamente por una pérdida de altura y al verse incapaz de poder remontar el vuelo.

El aparato, un precioso y estilizado modelo en fibra de carbono y vidrio, quedó en una tierra junto al kilómetro 2,8 de la carretera CL-117, a la salida de Salas en dirección a Quintanar de la Sierra.

El 1-1-2 recibió minutos antes de las 20 horas el aviso de una persona que creía haber presenciado el accidente de una avioneta. De inmediato se desplazaron al lugar guardias civiles, una ambulancia de Sacyl y bomberos voluntarios del Parque de Salas de los Infantes, que regresaban de sofocar un pequeño fuego provocado por el impacto de un rayo en un roble. Afortunadamente, la piloto no resultó herida y todo quedó en un susto, tras el temor inicial a que el accidente estuviese involucrado alguno de los medios aéreos que lucha contra el fuego, y el enredo ante las dificultades para entenderse entre rescatadores y rescatada.

Al parecer, estas tomas fuera resultan relativamente habituales en esta especialidad aérea deportiva. El Mundial concluirá el 14 de julio por lo que no se descarta que se puedan producir incidentes similares a localidades del entorno de Garray y de la Demanda. Habrá que tener listo el traductor de Google, porque las participantes llegan de 15 países, desde Estados Unidos a Ucrania, pasando por Brasil, Alemania, Francia o República Checa.