El 19 de octubre de 2022 se inauguró en el barrio de Villímar el colegio Isabel de Basilea, unas espléndidas instalaciones que sustituían al viejo Marceliano Santa María y daban cobertura al crecimiento poblacional de la ciudad por el noreste. El propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, estuvo presente en el acto en el que se ponía de largo el nuevo centro con nombre de mujer, y alabó su luminosidad y su sistema de climatización por geotermia.
Tres años después la asociación de madres y padres (Ampa) cuenta que lleva desde el principio intentando, sin éxito, que la Dirección Provincial de Educación aporte el mobiliario y el equipamiento que le falta al colegio, que es mucho. Así que ante esta situación, tanto el profesorado como las familias y los profesionales de la conserjería han reciclado una gran cantidad de pupitres, mesas y armarios del viejo Marceliano, además de que han aportado juguetes y otros materiales (hasta se han hecho cunas para los más pequeños) y también están utilizando los muebles de las aulas de otros colegios que fueron desdobladas durante la pandemia.
Las representantes de las familias se preguntan qué ha sido de la partida de 235.000 euros que la Consejería de Educación reservó para el equipamiento del Isabel de Basilea y que dio a conocer primero en 2019 cuando se anunció la construcción del colegio y después en 2022 cuando se abrió. Esta cifra se publicó en los dos momentos en la web de la Junta donde aún siguen las notas de prensa referidas a la cantidad. «En el momento de la inauguración no había llegado el equipamiento, por lo que se trajo del Marceliano Santa María mientras que se prometía que en noviembre llegaría. Pero no fue así y desde la Dirección Provincial se nos dijo que estaría en esas navidades pero tampoco fue así, ni en enero, Semana Santa ni en el verano. Terminó el curso y se seguía yendo al viejo colegio a por material: mesas, sillas, armarios, pizarras... mientras se volvía a prometer que al inicio del 23-24 ya estaría completado. Eso sí, en mayo antes de las elecciones llegaron algunas pizarras electrónicas y los balancines del patio», explican.
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