Reanudadas las obras de la rehabilitación arquitectónica del Castillo de Burgos, cuya conclusión está prevista para final de este mismo año, una duda empieza a asaltar no sólo a quienes pergeñaron el proyecto elegido, llamado 'Castillos en el aire', sino también a quienes están deseando ver hecha realidad la reforma de la fortaleza. La cuestión no es otra que la siguiente: aún no se ha licitado una parte esencial de este proyecto: la musealización o dotación interpretativa, esto es, el contenido que se va a dar a cada uno de los espacios que salgan de la ansiada y necesaria reforma. El concurso convocado en su día por el Ayuntamiento era conjunto: se pedía un proyecto que incluyera tanto la mejora arquitectónica como la musealización; pero la única licitación realizada hasta la fecha fue para la primera actuación, que previsiblemente concluirá en noviembre.
Así, podría darse la circunstancia de que, concluidas las obras, el Castillo luciera como nuevo (y realmente habrá elementos nuevos, como la recreación volumétrica del palacio que acogió la barbacana pero)... sin nada que ofrecer al visitante. Los expertos entienden que debería haberse licitado ya la musealización, entre otras cosas porque han transcurrido varios años ya y los precios han podido variar respecto a la propuesta inicial, y porque es ahora, cuando se está ejecutando la parte arquitectónica, que ésta debe ir de la mano de la dotacional para que ambas encajen a la perfección. «Si no se licita la musealización, tendremos un espacio vacío», explican fuentes consultadas por este periódico. Otra cuestión que también debe resolverse es la de la gestión del Castillo y su mantenimiento, ambas bien complejas. No constituye, ni mucho menos, un asunto menor el de la musealización, cuyo coste según el proyecto ganador rondaba los 300.000 euros.
La dotación interpretativa planteada era ambiciosa y atractiva. Por un lado, con la intención de poner en relieve elementos de todos los periodos y favorecer la visualización de zonas menos conocidas del castillo, se decidió establecer un nuevo acceso al recinto, la puerta sur. «Sus torres laterales y entrada en codo ya nos revelan su origen medieval. El paso a este punto se hará utilizando parte del itinerario exterior que dirige al visitante por los impresionantes lienzos de la cara este, muy desconocidos por la mayoría de la población. Con ello se aprovecha, además, la zona ajardinada y de esparcimiento existente junto a ella. (...) El visitante avanza por la liza (continuidad constructiva), hacia el oeste, hasta la puerta actual de origen napoléonico. En el trayecto, el visitante descubrirá, a través de una serie de hitos históricos apoyados en figuras de recorte, panelería y Realidad Aumentada (RA), los principales momentos de ocupación, desde el Neolítico hasta finales del siglo XVIII», recoge el proyecto.
Ya en el interior, en la denominada zona de recepción o zona de acogida (espacio acondicionado con oficina administrativa, zona de descanso para el equipo, servicios y espacio de expedición de entradas y exposición de folletos) comienza el itinerario interior, con primera parada en el patio, que estará, según el plan de musealización, «ambientado con figuras realistas de personajes, a escala real, realizando diferentes funciones. Cada figura es una historia, una provocación que invita a la reflexión, que fija y refuerza contenidos, que evoca emociones. Además, se presentarán elementos típicos del periodo napoleónico en el momento del asedio. En líneas generales, se ha mantenido el espacio central diáfano recordando su condición de patio de armas, colocando además atrezzos que permitan trasladar al visitante a otro tiempo, panelería y recursos de realidad aumentada. Para la puesta en valor del aljibe menor, hemos ideado un sistema visual de 'periscopio' que muestra una escena cotidiana en su interior mediante el empleo de figuras de recorte, con una iluminación de época. Su comprensión se completa con panelería y una recreación infográfica del interior».
Mediante las pasarelas se llega hasta el palacio de Alfonso X, segunda parada del itinerario, donde se prevé dar un protagonismo especial a las fábricas medievales, «en este proyecto reconstruidas mediante una arquitectura novedosa y liviana. En ellas se ha evitado el empleo de materiales que puedan ocasionar construcciones compactas y se ha buscado un material que evoque unas arquitecturas etéreas de elementos que se difuminaron en el tiempo. El proyecto conjuga de forma arriesgada, pero armónica, historia y contemporaneidad, recreando en altura, con arquitectura de alambre, la evolución de este edificio medieval que perduró hasta el siglo XIX. Se incorporan yeserías mudéjares para que el visitante se forme una idea más aproximada de su aspecto en el medievo. Es un espacio para disfrutar visualmente».
El itinerario continúa por los miradores superiores, «que incorporan nuevos recursos interpretativos en U donde se muestra la evolución del núcleo urbano por capas superpuestas. Los recursos digitales permitirán descubrir el aspecto del cerro en diferentes momentos, incluida la fase de foresta de principios del siglo XX, que configura el aspecto actual del cerro. La cuarta parada será «una estructura cubierta y cerrada por los cuatro costados, iluminada y con acceso independiente a la pasarela, de manera que se pueda cerrar si la ocasión lo requiere (conciertos, etc.), y por seguridad.
Esta estructura se ha emplazado en el lugar en el que se hallaban antiguas dependencias y almacenes de época napoleónica. En su interior se muestran, a través de modelados de cara en silicona realista sobre maniquíes, personajes a escala real ataviados con trajes de época. Son los principales protagonistas de la historia del castillo, desde la prehistoria al siglo XIX. Se trata en realidad de escenificaciones que nos cuentan aspectos tan relevantes como el armamento, la estrategia militar, el modo de vida, la alimentación y las relaciones sociales».
De ese módulo 'analógico' se pasaría al 'módulo digital', otro espacio cerrado que mantiene la misma estructura constructiva del anterior. «Este módulo está especialmente acondicionado pues en su interior se recrea, con las últimas tecnologías de video mapping, la evolución del castillo. Sobre diferentes maquetas proyectaremos los cambios y transformaciones de la fortaleza, desde el primer poblado prerromano a base de cabañas perecederas, a su aspecto tras la voladura por parte de los franceses cuando abandonaron el recinto en 1813, pasando por la impresionante fortaleza medieval alabada por el mismísimo Abderramán III. Como telón de fondo, una pantalla panorámica recurvada muestra fragmentos de la vida cotidiana en el castillo, recreando especialmente el momento del asedio de 1812».
En la batería napoleónica que apuntaba al cerro de San Miguel y donde estaba situado otro recinto defensivo -el conocido como Hornabeque-, se ubicarán cañones a escala real con una figura en resina especialmente elaborada para resistir durante años (igual que las figuras del patio), y panelería complementaria.
El pozo y la red de galerías presentan igualmente diversos recursos museográficos y de ambientación audiovisual. «Los subterráneos del castillo son algo más que túneles y agujeros; detrás hay esfuerzo, sufrimiento y muerte, y también vida, el suministro de agua para garantizar la supervivencia de sus moradores. La interpretación utiliza habitualmente un recurso de primer orden para facilitar la comprensión de contenidos, las analogías o comparaciones de los objetos y situaciones que se desean interpretar, con sus homólogos contemporáneos».
Se ha diseñado la visita «de tal forma que se reduzcan considerablemente los tiempos de espera, reduciéndolos prácticamente, lo que redunda en una mayor agilidad y tráfico. La visita al subterráneo no está exenta de sorpresas. El visitante tendrá 'encuentros casuales' con personajes de época, haciendo la visita más inmersiva y entretenida. No en vano, alguno de los visitantes se convertirá, por espacio de minutos, en protagonista. Se ha cuidado especialmente la revisión y renovación del sistema de megafonía, así como la iluminación y el seguimiento del grupo por videocámara, incluyendo algunas de infrarrojos», recoge el proyecto que alude a esa necesaria e imprescindible dotación interpretativa de la fortaleza.