Los puestos del Mercado Norte ven complicado mudarse en julio

D. ALMENDRES / Burgos
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Los profesionales valoran los avances realizados, pero no comparten el optimismo del Ayuntamiento de Burgos a dos meses del fin del plazo marcado para el salto definitivo al provisional

Imagen del Mercado Norte durante un día de actividad comercial. - Foto: Luis López Araico

El asunto ha sufrido tantos giros de guion en los últimos meses que los comerciantes del Mercado Norte adoptan una postura de prudencia antes de dar los siguientes pasos. La experiencia invita a los profesionales a no marcar aún un horizonte definitivo para su traslado a la estructura provisional, a pesar del optimismo trasladado por los responsables municipales. 

El Ayuntamiento de Burgos tiene fija la mirada en el 15 de julio e insiste en que ese día se cerrarán las puertas del vetusto edificio de abastos para iniciar así una nueva etapa en la que surgirán otros desafíos. Los avances protagonizados  en el largo proceso administrativo previo confirman que el proceso cogerá ritmo en las próximas semanas, aunque los concesionarios insisten en que aún habrá que esperar.

«Vamos bien con respecto al plazo que nos hemos dado para el traslado», concluyó el concejal de Comercio, Raúl Martínez, en su última comparecencia pública. Sin embargo, los profesionales insisten en que se superará una vez más los márgenes fijados debido a los numerosos factores a tener en cuenta.

«Solo encargar un mostrador necesita 40 días y el traslado nos llevará una semana más, sin contar los últimos ajustes habituales en una gran mudanza», explica en un rápido repaso Carmen de la Calera. La presidenta de la Asociación de Concesionarios del Mercado Norte recuerda que los implicados siguen «en la casilla de salida» mientras no tengan en su poder el visto bueno definitivo a todos los requisitos exigidos. «Todavía no podemos mover ficha», subraya, aunque el concejal aseguró que ya disponen de la acreditación y que algunos concesionarios ya han anticipado los primeros encargos del mobiliario.

De la Calera sí reconoce que la situación es diferente a la de hace unos meses y valora que «está todo a punto» para iniciar la fase en la que, por fin, se verán avances sobre el terreno. Del mismo modo, cada día que pasa sin dar ese paso adelante confirma la sensación de los concesionarios. «En este asunto mandan los tiempos. Si estas circunstancias se hubieran dado en abril sí coincidiría con lo que piensa el Ayuntamiento», expone.

Otros comerciantes como María Báscones, de la frutería La Duendecilla, comienza su argumentación con una premisa contundente. «Ya tendríamos que estar en el provisional», subraya. Si bien no es tan tajante como otros compañeros al analizar la situación actual, también considera que la fecha del 15 de julio es «muy apurada» a estas alturas.

Báscones recuerda que los comerciantes acaban de tramitar la actualización de toda la documentación previa que ya cumplimentaron en su momento. «Seguridad Social, Hacienda, Ayuntamiento, seguros... son muchas cosas», explica. Y ahora la atención se centra en preparar los proyectos necesarios para trabajar en los 12 metros habilitados por puesto en el provisional y todos los trámites que ello conlleva.

En este asunto, cada concesionario tiene sus necesidades y su planteamiento particular. En el caso de la frutería La Duendecilla, su titular pretende aprovechar el mobiliario y el material que ya tiene a su disposición. Otros comerciantes, por su parte, optarán por adaptar al milímetro su futura localización y eso llevará más o menos tiempo, según la situación de cada uno.

Los plazos marcados por el Ayuntamiento son claros. El mencionado 15 de julio el mercado provisional debe abrir sus puertas y el 1 de septiembre comenzarían los preparativos del derribo de la infraestructura activa desde 1967. Por delante, 60 días en los que cualquier error de cálculo dará al traste con el definitivo plan municipal.

Los concesionarios preparan el cambio de ubicación mientras atienden sus puestos de siempre. Algunos han notado la pérdida de clientes en los últimos meses, aunque la fidelidad de los habituales permite capear el temporal.

Las jubilaciones se han sucedido sin posibilidad de dar el salto al corazón de la plaza de España y en el sótano del Mercado Norte ya solo quedan ocho puestos activos. Uno de ellos es el de Pescaderías Ana, donde sus comerciantes son más pesimistas. «Es inviable. Ya hemos medido, pero hay que hacer los proyectos», recuerdan, para tener en cuenta otros factores. «Nos metemos en verano y comienzan las vacaciones de los diferentes oficios. Si nos vamos a septiembre u octubre nos damos por contentas», explican Trini Alonso y Charo López.