La rutina del aula se rompe por unas horas en el instituto Diego de Siloé, donde acuden a diario más de 700 alumnos. Once de ellos tienen un cometido especial, contar su experiencia en competiciones deportivas de distintas disciplinas ante un auditorio formado por 40 compañeros que, a su vez, desempeñan labores de mediación y ayuda para mejorar la convivencia en el centro. Bajo la temática Salud, deporte y sueños, ¿y si los entrenamos?, los protagonistas de la jornada se enfrentan a una serie de preguntas que van desde la gestión del éxito y el fracaso, a cómo compaginan su actividad con los estudios, qué planes tienen de futuro o qué ventajas ven en el ejercicio de competición.
Bajo el formato de mesa redonda, el primero en romper el hielo es Abdoulaye Maiga, a quien el fútbol le ha hecho recalar en la cantera del Burgos CF procedente de Bilbao. Vive en una residencia y cuenta las dificultades de encontrarse lejos de su familia, pero también el apoyo de sus compañeros de equipo, que hace «mejorar su rendimiento» deportivo y académico. Entrena cuatro horas al día y cursa segundo de Bachillerato. ¿Cómo se organiza?: «Aprovechando el tiempo al máximo porque para mí es muy importante el estudio».
Sueña con el fútbol y explica con emoción lo que supuso haber participado en el premundial sub 17 con su selección (Mali). «Fue un orgullo y algo muy especial», reconoce. Este mismo deporte es el que le hace a Julia Izquierdo «desconectar y olvidarme de todo» cada vez que tiene entrenamiento con el Burgos femenino después de cumplir, eso sí, con sus horas de estudio. «Lo hago porque me gusta, no por ganar», admite mientras destaca por encima de todo el buen ambiente del vestuario. Su gran apoyo no es otro que el de su familia, al igual que aseguran el resto de estudiantes, quienes también comparten otras opiniones sobre la gestión del tiempo, la organización, valores aprendidos como el respeto, la resiliencia o la responsabilidad, y la importancia del trabajo en equipo.
También saben de sacrificios, como María Barriuso, que este fin de semana tiene el Campeonato de España de Patinaje. Ha tenido que renunciar al viaje de fin de la ESO, pero está contenta con la decisión tomada. Héctor Loban no puede hacer planes en Semana Santa porque toca entrenamiento. Comenzó en su deporte desde que era un bebé y, ahora, en primero de Bachillerato, sostiene que «la natación se ha convertido en una necesidad».
Carlota Blanco completa el turno de intervenciones. En su caso, estudia cuarto de Profesional en la Escuela de Danza Ana Laguna y ayer anunció a sus compañeros que el curso que viene cambiará de instituto para poder compaginar las dos tareas. «Subirme a un escenario me llena completamente», subraya, consciente del «importante paso» que dará el próximo año y de la dificultad y dureza que entraña la carrera artística. Por eso y a preguntas de Álvaro Marquina, profesor de Educación Física y moderador de la actividad, sobre la necesidad de contar con un plan B para el futuro, confiesa su atracción por el campo de la medicina.
(El reportaje completo, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)