Membrilla (@mdemembrilla) es una «editorial rodante». Así se define en la página web de Belén Catalano y Javier Narducci, una pareja argentina afincada desde 2022 en Zaballa, junto a Villalba de Losa, gracias a una «hada madrina» llamada Berta, que les facilitó una vivienda de alquiler y detuvo su ir y venir por diferentes destinos. Desde entonces, en una atalaya sobre la que pueden observar cada día un paisaje extraordinario, siguen creando libros ilustrados, pintados con imágenes originales y encuadernados en diferentes formatos de manera artesanal.
En 2019 comenzaron a viajar por España con una autocaravana después de rodar por Argentina. Buscaban «conocer, vivir aventuras...». Pero les «agarró» la pandemia y después llegó el nacimiento de su hijo. La fortuna y una cadena de coincidencias les frenó en Merindades. Tienen una veintena de creaciones que llevan a ferias durante todo el verano y en Navidad. A cada cual tiene un formato más original, desde el libro bandera, el de banderines, el libro que parece un teatro con la técnica japonesa del kamishibai, el libro estrella, el teatrino portátil... En cada uno se despliegan bellas ilustraciones que en muchas ocasiones cogen volumen e historias basadas en las leyendas de pueblos, sobre todo, de Sudamérica. También han adoptado una del País Vasco, la del eguzkilore, la flor del sol que protege las casas de los peligros. Cuentan leyendas de dragones o de la Yerba Mate, del Calafate, del Viento Zonda... Incluso han ideado Animalario del mundo, donde cada animal se descubre con una ilustración y una adivinanza.
Belén Catalano estudió Bellas Artes y ejerció unos años como docente de Plástica, pero «en un momento me lancé al mundo con Javi». Él es arquitecto y también fue docente durante nueve años, pero prefirió la artesanía de bisutería en madera y colaborar con Belén. Y en 2016 comenzaron a viajar y a crear. Juntos imparten el taller de pop up, una de las propuestas del Proyecto Aldaba que más éxito está teniendo esta recién estrenada temporada y en la que las figuras de cartulina toman volumen. Este fin de semana se celebran los primeros talleres en Espinosa de los Monteros y en Zazuar (la Ribera del Duero). El primero de pop up llegará a Villarcayo el lunes, día 22. Después ya tienen contratados otros en Quintana Martín-Galíndez, en Criales de Losa, Oteo de Losa o Castresana de Losa.
De 5 años y de 80. A Belén, quien estaba acostumbrada a trabajar con el público infantil al que impartió talleres de encuadernación y de la técnica del pop up, está muy contenta dentro del Proyecto Aldaba. «Que se acerquen a los pequeños pueblos otros proyectos de ocio sin que tengan que desplazarse a la ciudad me gusta mucho», opina. Pero lo que «estuvo muy lindo fue que tuvimos en los talleres desde una niña de 5 años hasta una señora de ochenta y pico y me pareció buenísima que en el mismo taller convivieran generaciones tan diferentes», recuerda. Eso ocurrió en la pasada temporada, la primera en la que se unieron al proyecto que comanda Lorena García Villodas y reúne a catorce artesanos y profesionales de Las Merindades.
En sus talleres se puede estirar el horario. No hay prisa. Belén y Javier viven en un pequeño paraíso de libertad y en una comunidad con la que se sienten muy felices. Echan de menos a sus familiares argentinos, a los que han vuelto a visitar. Pero consideran Zaballa como «un lugar tan maravilloso...». Les sostiene «una red de personas que sentimos que es nuestra familia adoptiva». Con sus vecinos cenan siempre una vez a la semana.
Los talleres de Aldaba llegan más lejos. Estos días los promotores del Proyecto Aldaba siguen cerrando acuerdos con los ayuntamientos para desarrollar uno o varios de los catorce talleres que imparten artesanos y profesionales de la comarca y que buscan llegar a los pueblos más pequeños con tiempo de ocio de calidad.
Sus vecinos podrán practicar danza, yoga o mindfulness, aprender agricultura, construir un autómata o iniciarse en la observación de los pájaros, entre otras propuestas. Ya hay previstos una treintena de talleres que comienzan este fin de semana y se pueden extender hasta diciembre. Aldaba solo se detendrá en julio, agosto y septiembre. Pero si de algo está contenta su coordinadora, Lorena García, es de haber conquistado nuevas tierras a las que nunca acababa de llegar desde que el Ceder dejó de financiar estas actividades.
Esta temporada ha entrado por primera vez el Valle de Mena y Arija está a punto de cerrar un acuerdo. También regresará el Valle de Tobalina y continuarán en el programa los ayuntamientos de Medina de Pomar, Villarcayo, Espinosa, Valdeporres, Trespaderne, Valle de Losa, Villalba de Losa o Sotoscueva. Los están pensando Berberana y Valdebezana.